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El jefe del espionaje justifica su inesperado regreso a Lima porque "le iban a matar"

Montesinos confirma que el presidente autorizó su aterrizaje en la base militar de Pisco

"He regresado porque me iban a matar", afirmó ayer el ex asesor de inteligencia peruano Vladimiro Montesinos en una inesperada entrevista, la primera que concede jamás, a la emisora Radio Programas del Perú (RPP). A lo largo de 15 minutos, el ex jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) se presentó cortés y agradecido al periodista por darle "la oportunidad de aclarar varios puntos y contribuir a que Perú continúe en el proceso de democratización y reconciliación nacional". El controvertido jefe del espionaje habló como un gran defensor de la democracia y la estabilidad en Perú.

"Decidí salir del país porque mi presencia se había convertido en un motivo de conflicto en el proceso de desactivación del SIN (Servicio de Inteligencia Nacional). Dejé absoluta libertad a quienes estuvieran a cargo de dicha desactivación", aseguró."Durante 10 años mi trabajo estuvo centrado en la lucha contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). Mi vida y seguridad personal corría un serio peligro por estas organizaciones criminales", dijo Montesinos, que recordó que el secretario general de la OEA y de los presidentes latinoamericanos "así lo entendieron" en sus gestiones ante para lograr el asilo político en Panamá. "Les agradezco. Lamentablemente no se pudo concretar el asilo en la república hermana de Panamá".

¿Por qué regresó al país?, preguntó el periodista. "A pesar de la solicitud de asilo formulada por el secretario general de la OEA, no se pudo concretar. De lo contrario me habría quedado en Panamá. Sabía que varios grupos de Sendero, del MRTA y del narcotráfico estaban llegando a Panamá", contestó. "No he vuelto para desestabilizar ni atentar contra la democracia", subrayó.

Así describió la organización de su viaje de regreso a Perú: "Se hicieron a través de Alfredo Ross, embajador peruano en Panamá. El embajador contrató el avión con el que regresé desde Panamá a Pisco. Fue él quien hizo la hoja de ruta. Conversé con el presidente a través de un teléfono celular en Guayaquil, y allí dio las instrucciones precisas para que pudiera aterrizar en la base de Pisco".

En otro momento, se refirió a las graves acusaciones de violaciones de derechos humanos que pesan contra el régimen de Fujimori: el asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta, y la matanza de Barrios Altos en la fue asesinado un niño de nueve años y 15 personas más, y las torturas a la agente de inteligencia Leonor la Rosa. "Yo fui procesado por los sucesos de la Cantuta al igual que el general Hermoza Ríos. La Justicia Militar nos encontró sin responsabilidad a mí y al general Hermoza. Fuimos procesados y absueltos. Nadie me puede imputar responsabilidad en los sucesos de la Cantuta ni de Barrios Altos. Tienen el carácter de cosa juzgada. En el caso de Leonor la Rosa quiero precisar que sufrió los lamentables sucesos en las instalaciones de los servicios de inteligencia del Ejército y no del SIN, son instalaciones distintas. Los responsables de estos hechos fueron procesados y hoy cumplen condena".

Montesinos habló como un defensor de la vida: "Siempre apuesto por la vida y nunca aposté por la muerte. Al señor Abimael Guzmán lo iban a fusilar. El Gobierno firmó un decreto para su fusilamiento. Hablé con el presidente Fujimori y le dije que no me parecía conveniente que procediera a la ejecución. La vida no se puede quitar por los hombres. Sólo le corresponde a Dios. Le pedí al presidente que me diera la oportunidad de tener un diálogo con él para evitar su fusilamiento y recopilar información, respetando escrupulosamente la vida".

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El ex jefe del SIN puso énfasis en "la superioridad ética y moral de las fuerzas del orden frente al terror". "Quienes hemos luchado contra el terror hemos combatido la violencia con la ética", añadió. Negó desempeñar ningún cargo en la administración pública y ser el hombre más protegido de Perú. "Soy un ciudadano común y corriente, un abogado. El personal que me ayudó a salir fue autorizado por las autoridades competentes. No tengo ningún equipo de seguridad personal".

Éste fue su último deseo antes de concluir la entrevista: "Espero de todo corazón que nuestro querido Perú continúe por el camino que se ha trazado y que todos los peruanos logremos vivir en paz. Éste es mi anhelo y a eso me voy a dedicar, alejado de la política. Mi objetivo es dedicarme a mi profesión de abogado". En ningún momento hubo ninguna referencia a la localidad peruana desde la que se estaba realizando la primera entrevista a Montesinos.

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