Profundo europeísmo

Uno de tantos rasgos distintivos del arzobispo de Milán, Carlo Maria Martini, es su profundo europeísmo, del que ha dado muestras durante la etapa que ha estado al frente de la Conferencia Episcopal Europea."En realidad lo que existe es el Consejo de las Conferencias Episcopales europeas, del que he sido presidente durante siete años. Soy muy favorable al proceso de integración europea; baste pensar cuánto han escrito los últimos papas para estimular este camino. Es un camino nacido, antes que nada, del deseo de paz, de la voluntad de no repetir nunca más lo sucedido en las dos guerras mundiales del siglo pasado. Hoy debe apuntar, sobre todo, a objetivos de trabajo y justicia para todos, sin atrincherarse sólo en los privilegios europeos, sino con la mirada puesta en el mundo".

La inmigración, uno de los grandes problemas que afronta hoy la Unión Europea, en especial países como Italia y Francia por su localización geográfica, tendría que ser abordada con un doble criterio, añade el cardenal, "Por una parte es importante no cerrar las puertas a priori (lo que sería hasta imposible en la práctica); por otra, se necesitan reglas para que la inmigración lleve a la integración. Es necesario también ir a las causas que provocan la emigración en los países pobres, aportándoles mejores condiciones de vida y de trabajo".