Por libre
En el intercambiador de autobuses de la plaza de Castilla hay un reloj que va por libre: adoptó el horario de invierno el último domingo de septiembre, en vez de esperar al último domingo de octubre, como se hace ahora. Esto viene ocurriendo desde hace ya varios años, cuando se cambió la normativa y el paso del horario de verano a invierno se transfirió de septiembre a octubre, pero este reloj no se ha enterado.Algunos vecinos han llamado la atención sobre esta anomalía y la respuesta obtenida es que el mantenimiento del reloj corre a cargo de una empresa especializada y que la máquina se rige por un programa de ordenador que hace el cambio de hora de acuerdo con la norma que regía cuando se montó y nadie se ha preocupado desde entonces de adaptarlo a los nuevos tiempos. A nadie se le ha ocurrido pensar que esa diferencia pueda ocasionar el despiste de algún usuario de autobuses e incluso algún perjuicio que pudiera ser motivo de reclamaciones.- José Maroto Muñoz.
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