"Bajar impuestos a los que menos tienen sí es de izquierdas"
José Bono ha vuelto a la intensidad, aplicada a sus viajes, a sus opiniones, a su perfil.Pregunta. Usted ha conseguido reaparecer en la escena política nacional, después de dos meses de inmersión, pero de una manera que le ha granjeado la desaprobación inmediata de dirigentes nacionales de su partido y de numerosos juristas. ¿Por qué blandió una medida tan aparatosa como de dudosa constitucionalidad?
Respuesta. No comparto sus opiniones. No he percibido desaprobación de dirigentes de mi partido. Incluso Zapatero dijo, ante más de veinte periodistas, todo lo contrario. Algunos periódicos, incluido EL PAÍS, lo publicaron. Lamento que haya personas para quien no resulte demasiado aparatosa la muerte de una mujer a manos de su marido cada cinco días o el hecho de que más de medio millón de mujeres sufran malos tratos en España. Para mí sí y no me resigno. He sido portavoz de varias asociaciones de mujeres que piensan como yo y, por cierto, no pienso dar ni un paso atrás porque algunos discrepen. Respeto a columnistas y juristas, pero al presidente de Castilla-La Mancha no le ponen deberes más que sus electores. Según una encuesta reciente, sólo coincide conmigo el 71% de la población. Respecto a la constitucionalidad, le recuerdo que fui el primero en exigir la venia constitucional para su aplicación.
P. Entre los reproches que ha merecido su propuesta está el que no cabe consulta al Tribunal Constitucional fuera de la que les compete al Gobierno, al Congreso y al Senado, y que perseguir el escarnio de un condenado ni resulta muy progresista ni se ajusta al objetivo constitucional de facilitar la reeducación de quien delinque.
R. No voy a defenderme de lo que no he dicho. Lo que afirmo es que en España la justicia dejó de ser secreta hace mucho tiempo y todas las sentencias se leen en audiencia pública y el Tribunal Constitucional las publica en el BOE con nombre y apellidos de los delincuentes. Que se conozca por muchos lo que todos pueden conocer por imperativo legal no me parece disparatado. La finalidad de dar a conocer los nombres de los que matan a sus mujeres es incentivar un clima social que haga cada vez más difícil la comisión de esos delitos. Es una medida más disuasoria que punitiva, aunque comprendo que haya gente en contra; algunos quizá porque no les aprieta el zapato o... porque les aprieta demasiado.
P. Pero una cosa es que sean públicas las condenas y otra el confeccionar, y publicar, listas de personas condenadas.
R. Todos los días se publican en prensa nombres de condenados por tráfico de drogas o por terrorismo sin que nadie se rasgue las vestiduras. Para mí, matar a la mujer no es menos grave, también es terrorismo de género, y algunos quieren amparar al delincuente en una intimidad que sólo defienden para los hombres que maltratan a sus mujeres.
P. ¿Y dónde terminaría la ristra de listas de ese tipo? Alguien podría preguntarle si habría que hacer lo mismo con los pederastas, por ejemplo, o qué ocurrirá si un presidente autonómico con otra sensibilidad política decide publicar el listado de condenados por aborto...
R. Respondo de mis actos, no de los de los demás. Lo que he dicho es que los malos tratos a mujeres en España alcanzan un nivel inadmisible con el que algunos conviven sin escandalizarse. En el caso de los pederastas, no hace falta crear un clima de rechazo social porque ya existe. Hay que dar publicidad a los golpes que cicatrizan en la intimidad del hogar por el miedo de las víctimas a que se incrementen los malos tratos.
P. Ahora que habla de identificación con las víctimas, ¿con quién se siente más identificado: con su partido, que ha acudido a la marcha convocada por Ibarretxe contra ETA, o con la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que decidió no acudir?
R. Cada reproche entre el PSOE y el PP en la lucha contra ETA es un respiro para los pistoleros, así que no voy a entrar en la escalada de recriminaciones. No critico la posición de mis compañeros socialistas de Euskadi.
P. ¿Qué le interesa más, los puentes que tiende hacia ustedes el PNV o los del PP?
R. El PNV tiene la obligación moral de sacudirse la sombra de ETA que le acompaña desde [el Pacto de] Estella, pero todos los políticos de España, aunque sólo fuera por respeto a los muertos, estamos obligados a no utilizar la lucha contra ETA para conseguir votos. Y no es eso lo que está ocurriendo. Algo debe ir muy mal en España cuando después de 900 asesinados por ETA aún seguimos discutiendo por el contenido de una pancarta en una manifestación.
P. Si perteneciera a la Internacional Demócrata Cristiana, ¿habría promovido la expulsión del PNV, como ha hecho el PP, amparándose en que dialoga con quienes no condenan el terrorismo?
R. El PP no ha promovido la expulsión del PNV por esa causa, sino por intereses electorales. Jamás votaré al PNV, ni con "v" ni con "b"; ni tampoco recibiré la comunión que ellos administran en forma de ruedas de molino. Sin embargo, no hubiera promovido la expulsión del PNV de ninguna Internacional democrática porque desde hace muchos años la defensa de la democracia forma parte del ideario del PNV.
P. ¿Cuál es el futuro de un político como usted que ya ha gobernado durante dos décadas, ha recibido hace un año un respaldo electoral mayoritario en su región pero no ha obtenido la confianza de su partido para convertirse en un líder nacional?
R. Soy un apasionado del presente. Vivo con tanta intensidad cada momento que ni me distraigo en el pasado ni me atormenta el futuro. Mi futuro será el de cualquier ciudadano a quien le gusta la política y prefiere que lo quiebren a que lo doblen.
P. ¿En ese futuro tiene cabida la posibilidad de que se vuelva a presentar a la reelección en Castilla-La Mancha?
R. Es una posibilidad que no me planteo como muy probable.
P. ¿En qué se equivocó usted, o en qué infravaloró las posibilidades de Rodríguez Zapatero?
R. Creo que acertamos los dos presentándonos, aunque él fue más preciso en el acierto. En el pasado congreso hubo dos vencedores: el PSOE y Zapatero. En la medida en que contribuí a la victoria del PSOE me siento satisfecho.
P. Cuando ha leído a Zapatero que quiere un socialismo liberal "o, si se prefiere, libertario", ¿se ha sentido cómodo?
R. Con Zapatero estoy siempre cómodo y creo que lo de libertario ha sido más una explicación emocional que una definición ideológica del socialismo. Pero seguro que ha querido decir algo bueno.
P. ¿Se presentará a las primarias para intentar ser candidato a la presidencia del Gobierno?
R. No. Dije que el secretario general debería ser el candidato, y sigo pensando que de la experiencia Borrell debemos aprender.
P. Usted es un político y un gobernante experimentado. ¿De qué les prevendría a los jóvenes dirigentes de su partido ante el camino que tienen por delante?
R. Con 49 años no soy tan mayor como para que me coloquen en un consejo de ancianos. Pero si tuviese que hacer alguna reflexión pública haría la misma que me hago ante el espejo: lo importante es trabajar todos los días con intensidad, con fidelidad hacia las propias convicciones y con honestidad personal.
P. Zapatero dijo en este diario hace un mes que "bajar impuestos es de izquierdas". ¿Es una orientación con la que usted sintoniza?
R. Coincido con lo que creo que quiso decir, ya que bajar los impuestos a los que menos tienen sí es de izquierdas.
P. Los gobernantes alemanes defienden hoy que la socialdemocracia no debe identificarse con un aumento del papel del Estado. ¿Comparte ese enfoque?
R. Soy socialista porque creo en la radical igualdad de los seres humanos. En la medida en que el Estado redistribuye riqueza y favorece la igualdad, soy partidario del poder del Estado.
P. Usted tuvo grandes discrepancias con el Gobierno socialista cuando presentó el Plan Hidrológico diseñado por Borrell. ¿Cuál es su posición ante el Plan Hidrológico de este Gobierno?
R. Siempre aspiro a conciliar la fidelidad a mi región y la lealtad a mi partido. No soy favorable a la teoría grantrasvasista, pero soy partidario de que el agua pueda ir de donde sobra a donde falta. No estoy en contra de este Plan Hidrológico porque lo proponga el PP, sino por el deseo del Gobierno de imponer su criterio, con desprecio al consenso que predica.
P. Usted quiere aplicar en 2001 una ecotasa a las centrales nucleares y a empresas que emitan gases nocivos. Las compañías eléctricas ya han anunciado que recurrirán esa medida en los tribunales.
R. Pues bien, en los tribunales nos veremos, pero recuerdo que la ley de Fraga no fue recurrida. Si no quieren pagar, que cierren las nucleares, y las térmicas que cambien de combustible. Es mucho menos contaminante el gas natural que el fuel. La aplicación del principio de que quien contamina paga probablemente sea el mejor modo de reducir la contaminación ambiental.
P. En la negociación sobre la Ley de Extranjería el PP ha aducido que los españoles no entenderían que mientras no hay guarderías para todos los niños españoles los hijos de inmigrantes irregulares tengan acceso a ellas. ¿Qué le parece?
R. Fundamentalmente, hipócrita. Lo que los españoles no pueden entender es que un país que hasta hace 15 años iba a vendimiar a Francia ahora trate a quienes vienen a vendimiar a España como no hubiéramos querido nunca que nos trataran a nosotros. Es moralmente inadmisible lloriquear ante el televisor cuando muestra el naufragio de una patera y a la vez querer impedir que quienes logran llegar vivos a nuestro suelo puedan ir a la misma escuela que nuestros hijos o a la misma discoteca.
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