El 'descubridor' de las pinturas falsas de Zubialde, condenado a devolver 12 millones

Serafín Ruiz acudió en abril de 1990 a la Diputación de Álava con una noticia extraordinaria: había descubierto unas pinturas rupestres en la cueva de Zubialde, en las estribaciones del monte Gorbea. Durante unos pocos años, el hallazgo se consideró "la Capilla Sixtina del arte rupestre", con una supuesta antigüedad de 13.000 años. Hasta que unos expertos del Louvre y del CSIC encontraron indicios de que se habían pintado pocos meses antes: había fibras de estropajo verde y restos de patas de arañas e insectos imposibles de conservarse tantos años. La Diputación había pagado 12,5 millones a Ruiz, pero al conocerse la falsedad del hallazgo, la institución foral quiso que el descubridor restituyera el dinero. Ruiz se negó.En los tribunales, la Diputación ganó el primer juicio, ante la Audiencia de Vitoria. Ahora, la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia y ordena a Ruiz devolver los 12,5 millones, además de pagar los intereses y las costas del procedimiento. Pese a las sospechas, no se ha podido probar que el autor de la falsificación fuera el propio Ruiz, entonces estudiante de Historia. Durante el proceso, el descubridor argumentó que su contrato con la Diputación era administrativo y que el tribunal vitoriano no podía juzgarlo. La Audiencia entendió en su sentencia que el Gobierno foral fue "sorprendido en su buena fe" y que "se precipitó" al pagar a Ruiz.

Los expertos calificaron las pinturas de Zubialde como una de las mejores falsificaciones de la historia y aseguraron que su autor conocía bien el arte prehistórico y utilizó parecidos materiales.