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Entrevista:ASIER PÉREZ ARTISTA Y PROFESOR DE BELLAS ARTES

"Los concursos de arte no estimulan la creatividad"

Asier Pérez (Bilbao, 1970) compagina su labor docente en la facultad de Bellas Artes de Bilbao con la búsqueda, como crador, de nuevas vías de difusión del arte. Este es precisamente el propósito del taller PowerPoint Revolution, que coordina durante todo octubre en el centro Arteleku de San Sebastián. Artistas, galeristas y críticos participan de esta iniciativa que quiere aproximar el arte a la vida. Plasmarán estas ideas en propuestas creativas concretas y coproducirán con Consonni los proyectos de tres artistas invitados; Andrea Fraser, Atelier van Lieshout y Hinrich Sachs. Pregunta. El taller se anuncia como un espacio para actualizar las relaciones del arte y aproximarlo más al público. ¿En qué tiene que cambiar?

Respuesta. Por ahora la relación habitual del público con el arte es con un cuadro, con una escultura, incluso con un proyecto en el espacio público, pero muchas veces la obra se impone a la persona y no se produce ningún diálogo. Quizás la ideología del artista puede ser comunicativa, pero el propio parámetro desde el que trabaja le impide comunicarse. Queremos desarrollar nuevas vías de difusión, para que la gente pueda dialogar de otra manera con el arte.

P. ¿Qué responsabilidad tienen en esa carencia los artistas?

R. No podemos estar hablando de arte contemporáneo utilizando un modo de producción pre-industrial. Seguimos trabajando como si todavía hubiese burgueses -bueno, hoy en día también hay quien tiene dinero y quien tiene menos-, pero no se puede estar funcionando con los mismos parámetros que hace cien años. Casi todo el arte que conocemos se remite a la representación, de paisajes, de la soledad.... Y nosotros no queremos estar en la representación, sino en la presentación. El arte ha generado un círculo vicioso en sí mismo, hay excesivo meta-arte y al final se pierde el contacto con la sociedad.

P. Dígame un proyecto que tenga estas ideas como punto de partida.

R. Ahora, por ejemplo, estoy trabajando en uno en Belfast. Se trata de batir el récord Guiness de parejas que se besan al mismo tiempo. Me interesa por un lado que lo de los Guiness está relacionado con la cerveza irlandesa y, por otro, la idea del beso dentro de lo que es Belfast, que vive una situación de conflicto social, de violencia, similar al del País Vasco. Intentaré crear un circuito económico para cubrir los gastos y que la imagen conseguida se difunda por todo el mundo. Así, quien lo vea en la tele conocerá parte de ese proyecto.

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P. Hay quien le dirá que esto se escapa de los límites del arte.

R. Debemos cambiar esa noción pasiva, que es casi sólo de contemplación. Yo trabajo en una dinámica de la desmaterialización del objeto del arte; la creación no está necesariamente en objetos, puede estar en la construcción de unas situaciones, en cómo se viven en la sociedad. El arte tiene que adaptarse a la globalización, relacionarse con las personas y la economía de otra manera. No me importa supeditar la apertura a un público más amplio y perder cierta apariencia de arte, incluso creo que es necesario.

P. ¿Cree que la universidad, al igual que el arte, vive al margen de la sociedad?

R. Queda muy lejos de lo que pasa en la calle. Cuando sales de la facultad tienes que aprender de cero prácticamente. Soy profesor en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao y apenas puedo abordar cosas como las que planteo por políticas de trabajo del departamento. La universidad se mantiene en un campo de observación; mira a través de un microscopio, de una lente, siempre protegida.

P. En la lectura del fallo del certamen Gure Artea insistían en que el arte vasco vive uno de sus momentos más plurales. ¿Está de acuerdo?

R. No. Y aún menos con la forma en que está organizado el Gure Artea y con los premios que se dan; no hablo de los galardonados, que son muy amigos míos. Hablo de que establecer una dinámica de concurso me parece absolutamente reaccionario, indadecuado y caduco. Arteleku, por ejemplo, es un centro increíble, muy innovador y reconocido a nivel estatal. Santi (Eraso, el director) asume riesgos, no como en el Gure Artea que siguen por inercia y no participan de las cosas. No creo que con ese concurso incentiven la creatividad, porque lleva a la gente a producir cosas concursables.

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