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El partido de Milosevic exige la ruptura con los comunistas de la mujer del ex presidente

El Partido Socialista de Serbia (SPS), del ex presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, trata de sacar las consecuencias del desastre electoral del pasado 24 de septiembre con un recambio en la secretaría general, la convocatoria de un congreso extraordinario y la ruptura de la alianza electoral con los neocomunistas de la Izquierda Unida Yugoslava (JUL) que dirige Mira Markovic, la esposa del déspota derrotado. Mientras, políticos de Occidente llegan en peregrinación a Belgrado para saludar al nuevo presidente, Vojislav Kostunica.

Gorica Gajevic, la dura secretaria general del SPS de Milosevic, dimitió de su cargo y dejó vía libre a Zoran Andjelkovic. Hasta hace poco, Andjelkovic desempeñaba el ingrato cargo de jefe del llamado Consejo Ejecutivo Temporal serbio en Kosovo. El presidente de Serbia, Milan Milutinovic, buscado como presunto criminal de guerra por el Tribunal Penal Internacional de La Haya, ha pasado a ocupar la vicepresidencia del SPS. También acordó el SPS separarse de la JUL para las elecciones. Esto lo reclamaban casi a gritos los afiliados al partido de Milosevic, a quien sus partidarios acusaban, más o menos por lo bajo, de haberse entregado en manos de su mujer y haber realizado demasiadas concesiones a los de JUL.Tras el desastre en las elecciones, en varias agrupaciones del SPS se pedía romper la alianza electoral de izquierda con JUL y volver a los principios. Los del SPS consideran que JUL había recibido un trato muy favorable en las listas para el Parlamento y en el reparto de puestos en el Gobierno. Un trato desproporcionado con la fuerza de JUL, una secta comunista invención de la fanática esposa de Milosevic. JUL ha servido de plataforma a toda una panda de trepadores y personajes más o menos relacionados con elementos del hampa. El SPS acordó también la celebración, el próximo 25 de noviembre, de un congreso extraordinario y pidió que se acelere la constitución del Parlamento Federal.

Ayer continuó la peregrinación de políticos occidentales que acuden a Belgrado al besamanos del presidente Kostunica. El turno le tocó al primer ministro de Italia, Giuliano Amato, y su ministro de Exteriores, Lamberto Dini. También acudió a Belgrado James O'Brien, emisario para los Balcanes del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Se trata de la primera visita a Belgrado de un alto representante de Washington, tras la que realizó en marzo de 1999 el emisario de entonces, Richard Holbrooke, cuya salida coincidió con el inicio de 78 días de bombardeos de la OTAN.

Clinton anunció ayer la suspensión del embargo de petróleo a Yugoslavia y de la prohibición de vuelos. La misma medida la adoptó hace unos días la Unión Europea. Nuevos dirigentes políticos occidentales anuncian visitas a Belgrado para los próximos días. Kostunica y O'Brien trataron de la reanudación de relaciones diplomáticas, rotas tras el inicio de la guerra. Kostunica expresó al emisario de Estados Unidos su preocupación por dos documentos internacionales, claves para la región en estos últimos años: el acuerdo de paz de Dayton de 1995 y la resolución 1.244 de la ONU, que pusieron fin a las guerras de Bosnia y Kosovo.

La situación permanece tensa en un día de espera y de incertidumbre sobre si el SPS de Milosevic aceptará reanudar las negociaciones para establecer un Gobierno transitorio en Serbia, hasta unas elecciones que estaban acordadas para el 17 de diciembre.

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