Los líderes de la Alianza argentina se comprometen a fortalecerla

Los dos protagonistas del divorcio político que sobresaltó al país el pasado viernes, el presidente Fernando de la Rúa y el ex vicepresidente Carlos Chacho Álvarez, dedicaron el fin de semana a enviarse mensajes de condolencia, de mutuo cariño y se comprometieron a hacer todo lo posible por que el pequeño hijo común de sólo tres años de vida, la Alianza en el poder y con mandato constitucional hasta diciembre de 2003, no sufra las consecuencias. El nuevo jefe del gabinete, Cristian Colombo, llamó ayer personalmente a cada uno de los ministros y les convocó a una reunión fuera de agenda esta misma tarde porque tenía "instrucciones del presidente para que todos se pongan a trabajar de inmediato". Raúl Alfonsín tiene previsto convocar a una cumbre partidaria para "fortalecer la Alianza". De la Rúa admite ahora que "debía haber hablado más claro" con el vicepresidente sobre las diferencias políticas, pero espera que no afecten a "la amistad y la confianza" entre ambos. El jefe del Estado asegura que va a "extrañar totalmente" a Chacho Álvarez en el Gobierno y que por eso espera "verlo seguido", aunque no deja de señalar que le ha "dejado solo" y debe cargar con el peso y la responsabilidad que la sociedad había depositado sobre ambos.

Por su parte, Álvarez llamó ayer por teléfono a De la Rúa para volver a encontrarse con él esta misma semana. A Chacho Álvarez le preocupan los bienes gananciales de la pareja y quiere cuidar de ellos. Para el ex vicepresidente "es muy peligroso que la gente asocie mi renuncia con la ruptura de la Alianza, porque no tiene nada que ver una cosa con la otra. De hecho, ningún otro funcionario del Frepaso abandonará su cargo".