Bruselas debate la manera de emplear medios militares propios ante una crisis
El pilar europeo de seguridad avanza con pasos decididos para dotar a la Unión de una organización y una infraestructura adecuadas para que Bruselas pueda responder de forma coordinada ante situaciones de grave inestabilidad que le afecten en el mundo. La Unión ha abierto un debate sobre cuál será el procedimiento de gestión global de crisis que aplicará a la hora de utilizar los medios militares de que disponga.
Un Comité Político y de Seguridad (Cops) formado por embajadores y el secretario general del Consejo jugarán los papeles más destacados. Las más recientes crisis internacionales en las que Europa se ha visto involucrada, pero especialmente la de Kosovo, pusieron de relieve las enormes dificultades para que los Gobiernos europeos adoptaran decisiones conjuntas, la gran escasez de medios para desplegarlos en las zonas de conflicto y, una vez más, la casi total dependencia de Estados Unidos a la hora de acometer cualquier misión.La decisión de los jefes de Estado y de Gobierno, en diciembre del año pasado, de contar con una fuerza europea disponible (60.000 militares con capacidad de desplazarse a cualquier lugar en menos de un mes y en condiciones de permanecer sobre el terreno durante un año) ha sido un avance determinante que se concretará en los próximos meses.
En estas semanas pasadas, los Gobiernos de los Quince han recibido un cuestionario sobre los medios que estarían dispuestos a aportar ante tres tipos de situaciones: una misión humanitaria de rescate, una operación de prevención de crisis con envío de tropas para ahuyentar el peligro y una actuación de interposición militar entre dos contendientes.
"Las respuestas están siendo muy positivas", han señalado fuentes que conocen su contenido. Alemania ya ha señalado su disposición a aportar 20.000 hombres, y España unos 6.000. Hasta el momento, sólo Dinamarca ha comunicado su decisión de no aportar medios militares a este contingente, que en ningún caso será un Ejército europeo, sino más bien un conjunto de fuerzas disponibles en cada país para su posible utilización en casos de crisis.
Será en noviembre, no obstante, cuando los ministros de Defensa de la UE fijen las aportaciones que hará cada país, si bien la aprobación final se efectuará durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Niza, en diciembre próximo.
De las respuestas aportadas por los Quince se deduce una serie de claras carencias a la hora de abordar ese tipo de misiones en el ámbito europeo, sobre todo en el terreno del transporte, las comunicaciones y los sistemas de inteligencia e información. En ese sentido, Europa ya ha puesto en marcha proyectos industriales conjuntos como la construcción de un avión de transporte sobre la base de Airbus europeo o el desarrollo de un satélite de comunicaciones.
En estas fechas, la UE se propone también encontrar una fórmula para asegurar que cualquier acción exterior europea en casos de crisis se haga de forma coherente a partir de las decisiones que adopten los jefes de Estado y de Gobierno, coherencia que, de entrada, deberá ser asegurada por la presidencia de turno de la UE en coordinación con el secretario general del Consejo, cargo ocupado hoy por Javier Solana, alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común.
De acuerdo con algunos análisis realizados hasta ahora, en la gestión global de las crisis jugará un papel fundamental el denominado Comité Político y de Seguridad (Cops), formado por embajadores específicos nombrados por cada país. Sería este comité el encargado de evaluar, con el asesoramiento del Comité Militar de la UE (creado en marzo pasado), las opciones militares estratégicas o la cadena de mando, así como de proponer el paquete global de medidas que deberán ser adoptadas, ya que en muchos casos no se trataría de poner en marcha exclusivamente iniciativas militares, sino también otras políticas y económicas.
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