Arafat ordena levantar el templo judío arrasado ayer por los palestinos

El presidente palestino Yasir Arafat ordenó ayer por la noche reconstruir la Tumba del Patriarca José, en la ciudad de Nablús, en el norte de Cisjordania. Es el santuario judío, especialmente venerado por la comunidad ultraortodoxa o haredims -Temerosos de Dios-, que había sido destruido horas antes por centenares de manifestantes palestinos, lo que agravó la nueva escalada de tensión y violencia.El templo, en torno al cual se habían produciendo sangrientos enfrentamientos durante la pasada semana, fue destruido e incendiado cuando se retiraron del recinto las fuerzas de seguridad israelíes que lo protegían, en un intento de colaborar con las fuerzas palestinas en la pacificación de la zona.

Ni la policía palestina, que había pactado con las autoridades israelíes proteger el templo, ni el gobernador de Nablús en persona pudieron frenar a los manifestantes, en su mayoría refugiados del campo próximo de Balata, quienes, al conocer la salida de las tropas del lugar, acudieron con picos y barras de hierro y se entregaron a una sistemática destrucción del recinto, incluidas unas viviendas prefabricadas anexas que durante años han sido utilizadas como centro de estudios bíblicos.

La retirada del Ejército israelí de la Tumba de José y su posterior destrucción provocó la indignación de los ultraortodoxos religiosos y de la derecha nacionalista judía, especialmente del Likud, que acusó a Barak de llevar a término una "política suicida" y de convertir el Ejército de Israel en una "tropa atemorizada". Estas protestas obligaron ayer a un portavoz del Ejército a anunciar que no daba por perdido el templo y que las fuerzas armadas no descartaban la posibilidad de recuperarlo en los próximos días.

Los tanques israelíes, que se replegaron hace tres días de Cisjordania y de los alrededores de Jerusalén, volvieron ayer por la noche a ocupar anteriores posiciones, disparando en algunos casos contra objetivos árabes. Por su parte la comunidad haredim de Jerusalén salió a la calle, al finalizar el sabath, para arrojar piedras contra los vehículos palestinos y viandantes árabes de Jerusalén Este.