La ambición de los promotores

La Plataforma Nacional en favor de la Carta Social, promotora de la propuesta, es más ambiciosa en cuanto a la cuantía de la renta básica y sobre los posibles beneficiarios de la misma. Así, plantean que sea universal, es decir que la reciba toda aquella persona demandante de empleo y por una cuantía económica como para poder subsistir, equivalente cuanto menos al Salario Mínimo Interprofesional. Los primeros matices que hacen los partidos se refieren a la universalidad. Mientras los promotores son partidarios que de todos los miembros de una familia mayores de edad puedan percibir la renta básica si sus ingresos no son suficientes, los partidos coinciden en que los beneficiarios deben ser la unidad convivencial o familiar. Eso significa que el cabeza de familia cobraría íntegra la renta básica y el resto de los miembros mayores de 18 años percibiría la mitad.

Por otra parte, la diferencia de la renta básica con el actual Ingreso Mínimo de Inserción (IMI) o salario social es apreciable. Mientras que el IMI sólo lo pueden percibir los mayores de 25 años, los partidos son favorables a que la renta universal se pueda conceder a un jóven de 18 años que desee independizarse y que demuestre su esfuerzo por buscar un trabajo y vivir fuera del hogar.

Gemma Zabaleta, del PSE, indicó que es importante que se vayan ampliando los supuestos en los que se puede otorgar la renta básica; que no sean sólo beneficiarios los colectivos típicos de la pobreza, sino todos aquellos en riesgo de caer en ella o que no pueden independizarse. Según el último estudio sobre la pobreza en el País Vasco hay 139.876 jóvenes entre 18 y 34 años que quieren constituir un nuevo hogar y no pueden hacerlo por falta de recursos económicos. Además, el informe (realizado con datos de 3.300 hogares) estima que 111.944 personas viven bajo el umbral de la pobreza y que 74.639 no tienen suficiente para llegar a fin de mes.