Los restos del Negro de Banyoles descansan en un parque de Gaborone
La extraordinaria historia del Negro de Banyoles, el guerrero bechuana que dejó África hace 170 años y que estuvo expuesto durante mucho tiempo en el Museo Darder de Banyoles, terminó ayer con un solemne entierro en el parque Tsholofeo de Gaborone, capital de Botsuana. Daniel Antonio, vicesecretario general de la OEA, acusó a España de haber obviado durante años "un principio humano básico" con el solo fin de atraer "visitantes a Banyoles". Las honras fúnebres, seguidas por numerosos ciudadanos, fueron celebradas según la liturgia cristiana ecuménica y con honores militares. No faltó la presencia de un espontáneo ataviado con capa de piel de leopardo y cetro de cola de antílope (en la foto). Las peripecias del bechuana han quedado escritas en un monolito que se alza junto a su tumba.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.