Una cabina por domicilio

Vuelta a faenar

César González lleva 13 años conduciendo un camión y cada día de huelga pierde mucho dinero. Sin embargo, cree que es la única manera de que su poder adquisitivo no se resienta. Junto a él se encuentran cientos de transportistas del País Vasco que están en contra de la subida del gasóleo y mantendrán el paro de forma indefinida hasta que el acuerdo con la Administración sea satisfactorio."Mi casa está sobre cuatro ruedas. Paso más tiempo entre las paredes del camión que entre las de ladrillo en las que vive mi familia", dice con cierta resignación, convencido de que es poco probable que en el futuro cambie su vida. César lleva tres días en la caravana de camiones que se ha formado junto al paso fronterizo de Behobia, en Irún. "Las relaciones con los camioneros de otros países son buenas; a veces resulta molesto tener que estar parado, pero en el fondo entienden nuestro problema", asegura.

Un camionero irlandés asiente cuando habla González y afirma que, aunque están perdiendo dinero, entienden la lucha de sus compañeros en España. "En todos los países de Europa estamos teniendo el mismo problema. Es dura la vida que llevamos", indica. Las cabinas están equipadas con los elementos imprescindibles de supervivencia y hay quien es capaz de prepararse un café y compartirlo con el resto de compañeros para pasar el tiempo. Hasta han llegado a organizado ir los supermercados a comprar.