El PP ataca a Zapatero por los reparos socialistas a la Ley de Extranjería

El PP atacará al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ante el menor atisbo de crítica al Gobierno y siempre con el argumento de que el líder socialista no es sólido. El portavoz del Grupo Popular, Luis de Grandes, percibió ayer "un notorio vacío de contenidos en su discurso". El secretario general del PP, Javier Arenas, afirmó que a Zapatero se le medirá por su capacidad de acordar leyes como la de Extranjería: "Ése será su examen ante la sociedad".

El PP y el PSOE están en la fase de tomarse la medida en sus relaciones y aunque hay buena disposición ya brota la desconfianza.Los socialistas no mostraron ayer demasiada sorpresa al recibir ataques "sibilinos pero duros" contra su secretario general, pero sí reconocieron que los esperaban para más adelante. La explicación que intuyeron dirigentes de la Ejecutiva Federal es la de que a cada objeción del PSOE a una iniciativa gubernamental sobrevendrá un ataque a los socialistas. Y si no hay acuerdo en torno a los llamados "temas de Estado", la respuesta del Ejecutivo será la de que Zapatero no tiene talla y no presenta alternativas aunque "inunde" el registro del Congreso de iniciativas.

Pero mañana jueves en el pleno del Congreso se darán un respiro en sus respectivas estrategias de desgaste durante el debate de la Ley de Extranjería. El PSOE no presentará enmienda de totalidad en tanto que el Gobierno tendrá que hacer frente a las de IU, PNV y Grupo Mixto. Precisamente, la Mesa del Congreso decidió ampliar en dos días -hasta las 20.00 horas de mañana- el plazo para la presentación de enmiendas parciales.

"La ley no nos gusta y tiene que sufrir muchos cambios", advirtió ayer el portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera. Los socialistas tienen tiempo para decir la última palabra ya que quedan dos meses hasta el final de la tramitación de la ley.

Antes habrá habido muchas reuniones, como la que terminó en la madrugada del lunes entre el secretario de Estado de Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, con los representantes socialistas Consuelo Rumi, Delia Blanco y Diego López Garrido. Hubo avances, pero nada concreto respecto a la demanda del PSOE de que se regularice la situación a los 50.000 inmigrantes que por falta de algún requisito no pudieron hacerlo en el proceso que terminó el pasado 31 de julio. Los socialistas no quieren airear las discrepancias, aunque en la reunión interna que ayer celebró el Grupo Parlamentario Socialista se percibió la preocupación porque, finalmente, el Ejecutivo se mantenga en sus postulados en el apartado de derechos fundamentales. Sí es así, el PSOE votará en contra.

Entre tanto, el PP sigue defendiendo el contenido de la ley que salió del Consejo de Ministros, tal y como hizo ayer el secretario general del PP, Javier Arenas, en una reunión con más de 100 alcaldes de ese partido que se sienten concernidos por si sale adelante la propuesta de que los ayuntamientos y comunidades autónomas sean parte principal de la solución a la integración de los inmigrantes. En este foro Arenas señaló que el líder del PSOE "se examinará ante la sociedad" por su actitud ante esta ley, ante la de Humanidades y ante el Plan Hidrológico.

Otra línea de ataque a Zapatero la formuló De Grandes, con una hipótesis con la que no se trabaja en el PSOE. "Si el señor Zapatero no es el portavoz en el debate de Presupuestos demostrará cierta flojera política porque ya es tiempo de que pase de las musas al teatro", dijo De Grandes. En el PSOE no hay duda alguna de que su secretario general será el portavoz frente al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.