Zapatero exige a Aznar que reconozca que hizo electoralismo con la lucha contra ETA

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, quiso ayer marcar distancias respecto al PP a siete días de que se debatan en el Parlamento de Vitoria las mociones de censura del PSE y el PP contra el lehendakari, Juan José Ibarretxe. El PSOE trasladará hoy al Gobierno, en la conversación que cerrará la ronda de consultas abierta por el ministro del Interior, que para abordar una moción conjunta contra Ibarretxe o un Gobierno de coalición PP-PSE en Euskadi aún falta que los populares reconozcan el error de haber usado la política antiterrorista como arma electoral contra Gabinetes socialistas.

El PSOE también quiere dejar constancia del enojo que le ha producido la capitalización partidista que hizo, a su juicio, el Gobierno de Aznar del acto de homenaje a las víctimas del terrorismo celebrado el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados. Desde el Gobierno, Jaime Mayor y Mariano Rajoy consideraban ayer injusta esa acusación.Los representantes del PSOE en las conversaciones con el Gobierno sobre política antiterrorista -Jesús Caldera, Alfredo Pérez Rubalcaba y Nicolás Redondo Terreros- comentarán hoy con el ministro del Interior, Jaime Mayor, con el secretario de Estado de Seguridad, Pedro Morenés, y con el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, los últimos acontecimientos políticos del País Vasco y la espiral terrorista de ETA. La delegación socialista intentará llegar a conclusiones compartidas.

No obstante, Zapatero advirtió ayer de que para llegar a disfrutar algún día de una "plena confianza" y cooperación política entre el PP y el PSOE en materia antiterrorista es imprescindible que se produzcan ciertas mejoras. "Falta un punto de confianza importante. Y tiene que ver con una actitud incontestable de no tener ninguna tentación electoral cuando se hace política antiterrorista", explicó.

El diputado popular Ignacio Gil Lázaro replicó que el PP "jamás" utilizó la política antiterrorista contra los Gobiernos socialistas, mientras que quienes "sí lo hicieron" fueron los responsables socialistas del Ministerio del Interior, "cuya conducta está siendo juzgada por los tribunales".

Zapatero demandó del Gobierno "un leve reconocimiento" de la lealtad con que está actuando el PSOE en la oposición, sobre todo por el contraste que supone con el comportamiento que tuvieron los populares cuando los que gobernaban eran los socialistas. "Para que haya una alternativa democrática, que no es para derrotar al nacionalismo sino para ganar la paz, la convivencia y la libertad de Euskadi, tiene que haber una confianza total y absoluta entre el PP y el PSOE", precisó. El líder socialista invocó en ese terreno las muestras de "receptividad, colaboración y complicidad" que él mismo ha exteriorizado desde que fue elegido máximo dirigente del PSOE.

Rodríguez Zapatero exige al Gobierno que reconozca algunos de los errores que cometió el PP en el pasado y en los que aún incurre, por su manera de actuar en la política antiterrorista. El secretario general del PSOE considera que Mayor ha asumido públicamente en alguna ocasión una especie de rectificación por esos errores, pero a él le gustaría que fuese el propio Aznar quien protagonizase un gesto en ese mismo sentido.

Puso como ejemplo del nuevo estilo del PSOE la comparecencia del alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, para pedir disculpas por el error de no haber asistido a la manifestación de ¡Basta Ya! celebrada el sábado pasado en la capital guipuzcoana.

Zapatero ya ha trasladado a Aznar y a Mayor que para llegar a un futuro acuerdo entre el PP y el PSOE en Euskadi, algo que ahora le parece "bastante insólito", es "imprescindible que el Gobierno y el PP demuestren con hechos claros que el interés electoral está radicalmente al margen de la política antiterrorista. Y algún gesto no ha favorecido esta opinión", declaró ayer a Onda Cero.

Abuso protocolario

Zapatero rehuyó, no obstante, ahondar públicamente en las críticas que han merecido en el PSOE la manera en que el Gobierno diseñó y realizó el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo en el Congreso. Los socialistas transmitieron ayer que se sentían incluso engañados por el Gobierno, porque aunque todos los diputados fueron invitados al homenaje a título individual, un dirigente del Grupo Popular les hizo llegar que sería mejor que sólo acudiesen los miembros de la Mesa y los portavoces, ya que estaban invitados más de 300 familiares de víctimas del terrorismo. El PSOE hizo caso de la recomendación y luego se encontró con que los salones donde transcurrió el homenaje estaban repletos de cargos públicos y parlamentarios del PP, y que Mayor no eludía la firma de autógrafos a los invitados que se lo pedían.El secretario general del PSOE quiso evitar agravar con sus comentarios esa "negativa polémica", e incluso abogó por la creación de una oficina de apoyo permanente a las víctimas de la violencia terrorista.