Mayor dice que Fonseca murió a los cinco minutos de llegar a la comisaría

El ministro del Interior, Jaime Mayor, se apoyó ayer en tres informes policiales y en cuatro dictámenes forenses para negar que la muerte del guineano Antonio Augusto Fonseca en la comisaría de Arrecife (Lanzarote) el pasado 20 de mayo se debiera a malos tratos policiales. Mayor aseguró que Fonseca llegó a comisaría a las 2.40 de esa madrugada en estado de "quiebra física", tras haberse resistido de forma "agresiva y violenta a su detención". Y precisó que "estuvo cinco minutos en comisaría" antes de sentirse mal y empezar a morir "de forma agónica".

Mayor acudió ayer a la Comisión de Justicia e Interior para responder, entre otros asuntos, a las demandas de información de todos los grupos de la oposición sobre la muerte en la comisaría de Fonseca y sobre las sucesivas explicaciones, a veces contradictorias, ofrecidas desde Interior. El ministro contó que a las dos de la madrugada del 20 de mayo dos policías intentaron identificar a Fonseca al sospechar que traficaba con drogas. "Tras esconder tres bolsas con una sustancia estupefaciente en un portal, Fonseca tuvo una reacción agresiva y violenta y de fuerte resistencia a su detención", dijo. Los policías acabaron en el suelo, mientras Fonseca salía a la calle y rompía "con el brazo izquierdo" el retrovisor de un coche.Mientras escapaba, según el ministro, los policías vieron cómo Fonseca "se tambaleaba y caía de frente con las manos hacia adelante". El ciudadano guineano llegó a comisaría, tras 20 minutos de intervención policial, en "actitud pasiva" y en estado "de quiebra física", por lo que tuvo que ser ayudado a entrar en las dependencias policiales por tres agentes. Eso fue a las 2.40. "Lo sentaron en una silla en la sala anterior a los calabozos, y entonces el agente que lo custodiaba vio cómo se empezaba a sentir mal y Fonseca se inclinaba hacia un lado. A las 2.45 se avisó a la Cruz Roja", agregó. "Fonseca estuvo cinco minutos en comisaría y no fue objeto de violencia" antes de empezar el proceso de "muerte agónica", añadió Mayor, quien subrayó que si no se cumplimentaron en ese tiempo los trámites y garantías procesales habituales con los detenidos no fue por un irregular comportamiento de los policías, sino porque éstos se dedicaron a "intentar salvarle la vida al verlo en tan mal estado".

Mayor agregó que Fonseca murió "de forma agónica" por causas naturales, tal y como certificaron tres informes forenses, salvo el del catedrático José Antonio García Andrade. La autopsia de este médico, encargada por la familia de Fonseca, citaba como causa de la muerte un posible golpe en el cuello, que provocó una muerte refleja. "Si fuera así, la muerte se hubiera producido de forma instantánea, y no fue así, sino que fue agónica", dijo Mayor, quien también refutó las acusaciones de inacción por parte del Gobierno a la hora de aclarar esta muerte. Agregó que el resto de informes forenses o policiales no han hallado "nada raro ni anormal en la muerte". Por ello, dijo, hubiera sido "arbitrario e injusto" sancionar a los agentes implicados sin datos que certificaran un comportamiento irregular y sin que hayan acabado las pesquisas judiciales abiertas.

La oposición le reprochó su falta de diligencia ante una muerte en comisaría, "algo que no debe ocurrir en un Estado de Derecho", en palabras del socialista Victoriano Mayoral. Palabras mayores tuvo Felipe Alcaraz, de IU, quien como conclusión sentenció: "Ni usted puede demostrar que no hubo torturas, ni yo puedo demostrar que las hubo".

El ministro también informó sobre el retorno a Marruecos de los 37 inmigrantes interceptados por la Policía en el término de Mijas (Málaga) el pasado 20 de junio. Mayor dijo que se les aplicó "escrupulosamente" la Ley de Extranjería y se optó por el retorno, sin expediente administrativo, y no la expulsión, porque "no se había consumado la entrada ilegal en España". También aclaró que éste había sido un "caso excepcional" y admitió incluso que el procedimiento aplicado fuera cuestionable.