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Entrevista:GENERAL JUAN ORTUÑO - JEFE MILITAR DE LA KFOR EN KOSOVO

"Hay que garantizar la convivencia antes de lograr la reconciliación"

Jorge Marirrodriga

El teniente general Juan Ortuño, de 60 años, es el comandante en jefe de los cerca de 40.000 soldados de la Kfor desplegados en Kosovo para garantizar la seguridad en la provincia yugoslava. Ortuño, quien fue nombrado para el cargo por ocupar la jefatura del Eurocuerpo, estima que los serbios tienen derecho a quejarse de la protección que les brinda la Kfor, especialmente en los momentos posteriores a sufrir una agresión, pero asegura que la violencia étnica ha disminuido drásticamente en Kosovo durante su mandato. El militar español considera más importante que serbios y albaneses alcancen acuerdos sobre temas muy concretos que el marcarse grandes metas a largo plazo, como la reconciliación entre las dos etnias.Pregunta. ¿Cómo es la actual convivencia entre serbios y albaneses en Kosovo desde su puesto de máximo responsable en garantizar dicha convivencia?

Respuesta. Es una situación tensa pero con signos de mejoría. Hay que tener en cuenta que tanto la actuación serbia antes y durante la campaña de la OTAN, como la reacción posterior contra los serbios por parte de los albaneses son hechos que están muy recientes. La comunidad internacional ha dejado muy claro que no permitirá un nuevo intento de limpieza étnica y esto ha empezado a dar sus frutos. Empiezan a producirse los primeros contactos entre comunidades y se consolida un moderado flujo de retorno de serbios en las comunidades donde hubo un menor nivel de confrontación.

P. ¿Cuál es la principal dificultad de la Kfor para poder garantizar esta convivencia?

R. A la hora de proteger a los serbios, primero lo hacemos en las zonas en las que están, pero esto no es suficiente. Siempre puede haber algún incidente, aunque se han minimizado muchísimo. Ahora mismo se producen unos cuatro o cinco asesinatos a la semana, cuando al principio eran cerca de 50. Pero, además, de esos cuatro o cinco, el número de crímenes cometidos por razones puramente étnicas va disminuyendo. Lo que ocurre es que este tipo de actos tiene un gran impacto psicológico sobre la comunidad que los padece, sobretodo cuando afecta a niños y eso ha ocurrido en varias ocasiones. Precisamente los asesinatos se cometen para crear un gran impacto que origina una gran sensación de inseguridad. Estamos haciendo un gran esfuerzo para minimizar el número de incidentes, pero nunca se puede hacer que sea cero. Este año hemos conseguido, y eso es muy importante, evitar que la reacción de una comunidad sobre otra por un incidente provoque una verdadera crisis. Lo que no puede haber es un mayor progreso mientras no exista una mayor implicación de las comunidades locales y eso ha empezado a suceder ahora. Los albaneses han empezado a comprender que se juegan el futuro de Kosovo si no tienen una respuesta más clara ante este tipo de actividades. Hay más contacto entre ambas comunidades, pero llevará tiempo.

P. Los albaneses viven de espaldas a la minoría serbia de Kosovo. En algunas zonas los serbios habitan en condiciones especialmente difíciles. ¿Con las elecciones locales que ha organizado Naciones Unidas para octubre se puede facilitar la reconciliación, o estamos hablando de una utopía?

R. Antes que hablar de reconciliación hay que hablar de acuerdos puntuales para garantizar la convivencia pacífica entre ambas comunidades, que es de lo que se está hablando ahora. Lo otro sí que sería querer correr demasiado. Aunque la reconciliación llegará, hay que dar antes algunos pasos intermedios. No sólo es importante garantizar la protección de las minorías, también hay que garantizarles la libertad de movimiento, si no al cien por cien, al menos en una proporción importante, porque si no, la situación es muy difícil. Por ejemplo, la Kfor ha puesto en marcha, con un gran resultado, un tren diario desde Kosovo Polje a Zvecane . Pero no fue posible que ni siquiera albanokosovares y serbios se pusieran de acuerdo para ver quién tenía que conducir el tren y al final está siendo llevado por la Kfor. Está funcionando gratuitamente y permite la posibilidad a los serbios de cerca de Pristina de ir al norte, hacer compras y estar allí un par días.

P. Los vecinos serbios de Kosovo acusan a la Kfor de inoperancia. Dicen que no les protege de las agresiones albanesas.

R. Eso es cierto que ocurre, pero también es cierto que se dice cuando en una zona acaban de ametrallar a un niño o una niña. Indudablemente, la respuesta inmediata es decir que no se les protege bastante. Pero los serbios reconocen que la Kfor es la fuerza que les protege. Aunque eso nunca les quitará el derecho a decir, y con razón, que no se les protege bastante, porque para eso tendríamos que lograr que nunca ocurriera nada y ni lo hemos conseguido ni creo que lo vayamos a conseguir. La seguridad absoluta no existe en ningún sitio.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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