Ibarretxe endurece su discurso y amenaza al PSE con romper relaciones durante "años"
El lehendakari Juan José Ibarretxe no está dispuesto a rendirse fácilmente. Ayer, ante decenas de miles de simpatizantes del PNV congregados en Vitoria para celebrar el Alderdi Eguna (Día del Partido), endureció su discurso y, entre vítores y aplausos, anunció que debatirá a "cara de perro" tanto la moción de censura que ya le ha presentado el PSE como la que el PP formalizará hoy mismo, así como.las iniciativas políticas sobre la paz y el Estatuto de Gernika que él mismo presentó el pasado viernes durante el debate de Política General en el Parlamento vasco.
El lehendakari Juan José Ibarretxe no está dispuesto a rendirse fácilmente. Ayer, ante decenas de miles de simpatizantes del PNV congregados en Vitoria para celebrar el Alderdi Eguna (Día del Partido), endureció su discurso y, entre vítores y aplausos, anunció que debatirá a "cara de perro" tanto la moción de censura que ya le ha presentado el PSE como la que el PP formalizará hoy mismo, así como.las iniciativas políticas sobre la paz y el Estatuto de Gernika que él mismo presentó el pasado viernes durante el debate de Política General en el Parlamento vasco.Al PP le acusó de actuar con "bajeza" y de estar poniendo "palos en las ruedas del proceso de paz", y al PSE, de ser "una sucursal del PP en Euskadi" y de estar haciéndole a los populares el "trabajo sucio". "Si siguen por ese camino", advirtió a los socialistas, "habrán elegido compañero de viaje en el PP no para unos meses, sino para unos años".
Si el viernes el jefe del Ejecutivo autónomo asumía como inevitable el anticipo de elecciones en Euskadi una vez que, en plena ofensiva terrorista, se ha quedado en minoría parlamentaria, ayer dejaba claro en las campas de Salburua que no va a aceptar el empujón que socialistas y populares quieren propinarle con sendas mociones para que se vaya y que está dispuesto a dar una última batalla, "de pie", con "dignidad" y "a cara de perro", antes de abrir las urnas.
"¡¿Con quién se creen que están jugando?!", espetó enojado Ibarretxe al comienzo de su discurso a PP y PSE por el marcaje al que le someten ambas formaciones, y a EH por su decisión de abandonar la Cámara de Vitoria, acto que muestra con crudeza la soledad en la que se encuentra el Ejecutivo integrado por PNV y EA. Los nacionalistas sólo disponen de 27 de los 75 escaños, frente a los 30 de PP y PSE, a los que habitualmente se suman los dos de UA.
Casi toda su intervención se centró en demostrar que populares y socialistas carecen de una alternativa de pacificación sólida y unificada y de un programa común, y que, por tanto, aunque las mociones de censura son un recurso "legítimo", en este caso se trata de un "fraude", de un mero intento de "querer única y exclusivamente el poder". "¡Tendremos que salir a la calle para decir a la sociedad vasca que tenga conciencia de que tiene derecho a decidir su futuro", advirtió.
En un intento de ganar tiempo y transmitir a la ciudadanía que, aun cuando ETA acumula ya 13 asesinatos desde la ruptura de la tregua, Ibarretxe sí cuenta con un plan de paz, el Gobierno vasco se adelantó a las intenciones de la oposición y registró el viernes por la mañana las dos propuestas que el lehendakari pretende someter a debate en sendos plenos monográficos. Uno giraría sobre el Estatuto de Gernika y debería servir, según expuso el lehendakari, para que el PP demuestre hasta dónde está dispuesto a llegar en la cuestión de las transferencias pendientes. En el otro pleno se tendría que debatir la puesta en marcha de un foro de diálogo cuyo objetivo sería, en palabras de Ibarretxe, decidir lo que "los vascos queremos ser en el futuro".
Socialistas y populares ya contestaron a estos planteamientos con el anuncio de las mociones de censura, mostrando bien a las claras que el crédito de Ibarretxe se ha agotado para ellos y que no quieren celebrar una especie de segunda parte del pleno de Política General. Mañana la Mesa del Parlamento calificará la propuesta del lehendakari y las mociones de censura y dictaminará cuál debe ser tratada antes.
"¿Qué han hecho otros?"
En la misma línea, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en un discurso menos encendido y apasionado que en otras conmemoraciones del Alderdi Eguna, subrayó que los nacionalistas no van a "regalar" el Gobierno a la oposición y recordó que Ibarretxe cuenta con el mismo apoyo ahora, 27 parlamentarios, que cuando echó a andar la legislatura. Obvió, en cambio, que hasta ahora el PNV, además de esos 27 escaños, disponía de un pacto con EH que le garantizaba cierta estabilidad.Dicho esto, Arzalluz advirtió de que la política del PP llevará a Euskadi "más odio, más rabia y más ETA".Ibarretxe aseguró que el PNV tiene "la conciencia tranquila" porque su esfuerzo por lograr la paz (negociaciones con ETA para el final de la violencia y experimento fallido del Pacto de Lizarra) ha estado presidido por la buena fe. "No hemos conseguido la pacificación, pero vamos a seguir intentándolo", dijo, y preguntó con un reproche: "¿Qué han hecho otros?". "Desde el primer momento", añadió, "PP y PSE han tratado de romper Lizarra. Hoy ya no funciona. ¿Cuáles son sus ideas para lograr la paz?".
Así, el lehendakari abonó el terreno para repartir las culpas de la profunda crisis política vasca entre la organización terrorista ETA -"ella es la única responsable de la violencia"-, Euskal Herritarrok (por su falta de autonomía respecto a la banda), el PP (por su "bajeza" e incapacidad para el diálogo) y el PSE (por el seguidismo que mantiene hacia los populares).
Precisamente fue a los socialistas a quienes dirigió la siguiente advertencia: "Si siguen por ese camino [en alusión a las coincidencias con el PP en el intento de "derrocar" al actual Gobierno vasco], habrán elegido compañero de viaje no para unos meses, sino para unos años". Se trató tal vez del último intento de Ibarretxe de recordar al PSE la buena sintonía que presidió las relaciones entre socialistas y nacionalistas hasta 1998 y de que la colaboración sigue siendo posible tras unas elecciones que marquen un terreno de juego sustancialmente diferente al actual. En cuanto al PP, enfatizó en que su única aportación ha sido "poner palos en la rueda" a la paz.
Tanto él como Arzalluz aleccionaron a sus militantes para que saquen a la calle su propuesta de paz y la transmitan para que todos conozcan los "nobles planteamientos" de los que está impregnada.
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