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Bruselas, Agricultura y la autonomías acuerdan el fin del cultivo de girasol

Política de apoyo

La Unión Europea, el Ministerio de Agricultura español y el conjunto de las comunidades autónomas han firmado la sentencia de muerte para el cultivo del girasol en España. Las medidas aprobadas por la Administración española para apoyar el cultivo en las tierras de secano no compensan los recortes aplicados por la UE con lo que el girasol dejará de ser alternativa de cultivo.Frente a unas superficies en los años precedentes superiores al millón de hectáreas en los años precedentes, en las dos últimas campañas las siembras se han limitado a 850.000 hectáreas y se teme que las mismas sigan en caída libre. Las organizaciones agrarias e los industriales extractores de pipa coinciden en criticar y lamentar las medidas aprobadas.

El Ministerio de Agricultura ha ampliado del 15 al 30 de septiembre el plazo para que los agricultores soliciten antes las respectivas comunidades autónomas las ayudas correspondientes a la última campaña y que se concretan en 6.000 pesetas por hectárea.

El inicio del fin para el cultivo del girasol en secanos en España se produjo en la primavera del pasado año cuando los ministros comunitarios de Agricultura, con la actual vicepresidente de la Comisión Europea Loyola de Palacio en España, dieron luz verde a la reforma para la regulación de los cultivos herbáceos. Las ayudas por superficie para las oleaginosas deberían bajar de 94,2 euros por hectáera a 63 euros hectárea. Este recorte, para una producción media asignada por hectárea de 3.000 kilos, suponía una rebaja mínima en las ayudas por hectárea de 15.000 pesetas. La reforma comunitaria es negativa para el conjunto de la UE, pero muy especialmente para España donde los rendimientos en secano son muy inferiores a la media de otros países al norte con producciones mucho más elevadas.

La Administración española prometió en su día poner en marcha una política de apoyos para compensar a los cultivadores de girasol y, sobre todo, para impedir que este cultivo dejara de ser alternativa a los cerealistas en muchas zonas de secano. Sin embargo, toda la política de apoyo se ha limitado a la elaboración de un programa ambiental para el girasol que será aprobado próximamente en Bruselas, pero sin que se haya aumentado el volumen de fondos para atender el conjunto de esos programas. Este plan contempla la posibilidad de conceder una ayuda de hasta 10.000 pesetas por hectárea y un mínimo de 6.000 pesetas, pero siempre que los agricultores cumplan unasexigencias agroambientales muy costosas.

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