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LA OFENSIVA TERRORISTA

Ibarretxe recupera la defensa del Estatuto en un último intento por salvar su Gobierno

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, no logró ayer centrar el debate parlamentario en su iniciativa para abrir una nueva etapa en la política vasca. "Tengo la impresión de que no me han escuchado", se quejó en su réplica a la oposición. Antes de que PP y PSOE anunciaran que presentarán mociones de censura, Ibarretxe planteó un triple compromiso: ético, para arropar y dar cobertura a todos los amenazados por ETA; democrático, en defensa del marco actual de autogobierno; y de diálogo, para constituir un foro político del que estaría exluida EH, ya que no acepta las anteriores condiciones.

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Ibarretxe pidió con insistencia que el debate se centrara en su propuesta de compromiso ético, democrático y político ante la violencia. Para ello exhibió posiciones de defensa nítida del Estatuto y de su cumplimiento íntegro, como expresión de la voluntad mayoritaria de los vascos y depositario de los mecanismos para hipotéticos cambios futuros. Lo hizo evitando cualquier referencia soberanista o al "ámbito vasco de decisión" y dando por cerrada y fracasada la vía intentada desde el Pacto de Lizarra. Pero su aspiración estaba condenada de antemano, porque la oposición no iba a hacer abstracción ni de los dos últimos años, ni de los meses transcurridos desde la ruptura de la tregua de ETA ni de acontecimientos inmediatos, como su ausencia de la manifestación de hoy en San Sebastián.Él mismo se reveló consciente de las insalvables dificultades de su intento cuando pidió una y otra vez que se le escuchara "sin prejuicios" y se evitara escorar el debate hacia el adelanto electoral o las mociones de censura. "No se preocupen. Si ustedes optan por el bloqueo permanente y la confrontación", se adelantó, "tendremos elecciones". Pero lo hizo obviando la situación de minoría de su Gobierno, transfiriendo la responsabilidad del previsible adelanto electoral a la oposición y en tono de advertencia, al señalar que las convocará "por convicción propia" y que lo hará cuando crea que las posiciones de cada cual han quedado suficientemente claras ante los ciudadanos. Nunca como consecuencia de lo que dijo considerar "un montaje político y mediático sin precedentes contra el Gobierno y el lehendakari".

Ibarretxe hizo afirmaciones tajantes al valorar el pasado, como la de que todos los intentos de terminar con la violencia fracasaron, incluido el Pacto de Ajuria Enea, por mezclar terrorismo con política. "Aunque lo negáramos, lo hemos hecho todos, los nacionalistas y el PP y el PSOE", dijo. "La paz no es soberanía, ni construcción nacional, ni Constitución", afirmó. En consecuencia, propuso anclar la nueva etapa en la separación de la paz de los proyectos políticos diferenciados.

Aunque aseguró aceptar "la parte de responsabilidad" que le pueda corresponder en lo que definió como "fracaso colectivo", dejó sin precisar cuáles se atribuye y cuáles endosa a los demás. "Debemos dar por cerrada la etapa pasada e iniciar una nueva todos juntos", insistió. De ella excluyó de hecho a EH, a la que no volverá a recibir, al señalar que "no se puede apostar por el diálogo sin rechazar la violencia" y sin reconocer validez al marco actual como fruto de la voluntad mayoritaria vasca.

Ibarretxe declaró objetivo prioritario "arropar y dar cobertura" a quienes ven coartada su libertad por las amenazas, el chantaje o la coacción y se propuso impulsar un compromiso ético, que se ratificaría en un lugar simbólico. También anunció una iniciativa parlamentaria inmediata, de compromiso con la legitimidad de las instituciones actuales, al tiempo que emplazó al cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika y recordó la petición unánime del Parlamento vasco en 1995. Asimismo, pidió que se reconozca legitimidad a las "opciones de cambio y actualización" de marcos jurídicos, siempre a través de los procedimientos que el propio Estatuto establece.

Finalmente, planteó un foro político en el que buscar los futuros consensos. Entre los acuerdos básicos, Ibarretxe propuso impulsar iniciativas parlamentarias, políticas y sociales "dirigidas a arropar y defender a todas las personas inocentes" que sufren el acoso terrorista.

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