EE UU pide al Ejército que se limite a apoyar la transición

Al tiempo que reiteraba su aplauso por la anunciada retirada de Alberto Fujimori, Estados Unidos no ocultaba ayer su inquietud por la impredecible evolución de los acontecimientos en Perú. Dos elementos le preocupaban: la incertidumbre sobre la fecha de las nuevas elecciones peruanas y la reacción de las Fuerzas Armadas de ese país, a las que la Casa Blanca pidió que apoyen la transición pacífica hacia "una democracia plena".Durante su participación en la cumbre del Milenio de la ONU, EE UU, a través de Madeleine Albright, le exigió a Fujimori una profunda "reforma" del controvertido Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Vladimiro Montesinos, el jefe del SIN, había entrado en el campo de mira de Washington después de conocerse su participación en la venta de 10.000 fusiles Kaláshnikov de fabricación rusa a guerrilleros colombianos.

La presión norteamericana subió tras la difusión, la pasada semana, del vídeo en el que Montesinos intenta sobornar a un político de la oposición. John Hamilton, embajador norteamericano en Lima, reclamó "claras medidas para restaurar la confianza del pueblo peruano". Según Philip Reeker, portavoz del Departamento de Estado, Fujimori se "estremeció" al escuchar que EE UU no sostendría con Perú "una relación bilateral normal" hasta la "reforma" del SIN.

La dimisión de Fujimori fue tildada de "sabia medida" el domingo por la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Es una salida que soluciona el dilema en el que se encontraba Washington. En mayo, EE UU criticó duramente los comicios peruanos, en los que Fujimori arrancó un tercer mandato, pero sin llegar a romper con un sólido aliado en la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico.