Santa Bárbara, en suspenso

Aznar y Schröder intentaron ayer rebajar la crispación en el contencioso que ha envenenado en los últimos meses las relaciones entre ambos países: la privatización de la empresa militar Santa Bárbara, que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales quiere adjudicar a la firma estadounidense General Dynamics, en perjuicio de las germanas Krauss Maffei y Rheinmetall.El canciller alemán se felicitó del anuncio español de que "a corto plazo no se va a tomar ninguna decisión que pueda mermar la cooperación" bilateral: por ahora, no habrá venta a EE UU. Aseguró que ambos Gobiernos seguirán hablando para llegar a un acuerdo "positivo para los intereses alemanes, españoles y europeos".

Aznar, por su parte, reafirmó el interés español por seguir adelante con el programa de fabricación del carro de combate alemán Leopard, e indicó que el Gobierno basará su decisión en la viabilidad de este proyecto.

Parecían descartarse, de este modo, las amenazas veladas que ambos países han esgrimido en la negociación. La de cambiar los Leopard por tanques americanos Abrams, del lado español; y la de retirar los 108 tanques cedidos al Ejército español cuando concluya el alquiler, en noviembre, del lado alemán.