El astronauta pedagogo
"Para ser astronauta hay que tener mucha suerte". En la última promoción europea, la Agencia Espacial Europea (ESA) seleccionó a 15 de los 6.000 aspirantes a cosmonauta, entre ellos el español Pedro Duque (Madrid, 1963), que en octubre de 1998 tripuló el transbordador espacial Discovery junto al veterano cosmonauta, y entonces senador estadounidense, John Glenn, un japonés y otros cuatro norteamericanos. Duque visitó ayer en San Sebastián las instalaciones del Kutxaespacio de la Ciencia.El primer astronauta español -Miguel López Alegría tiene pasaporte de EE UU- que se ha montado "en un cohete con 2.000 toneladas de explosivo debajo" recordó que cuando tenía seis años siguió por televisión el alunizaje de Neil Amstrong, el 21 de julio de 1969, mientras su madre se trataba en las aguas termales de Zestoa (Guipúzcoa) de un mal en el hígado. Entonces no se imaginó participando en un viaje espacial de nueve días a 300 kilómetros de la Tierra.
Pedro Duque, ingeniero aeronáutico, aficionado al buceo, la natación y el ciclismo, distinguido con la Orden de la Amistad de Rusia, desgranó su experiencia en órbita y confesó su deseo de "pisar la Luna": "Los astronautas no estamos obsesionados, pero hay 900 millones de personas que están empeñados en ver de nuevo al hombre en la Luna", afirmó.
Lo más impactante de su viaje espacial fue observar "la finísima capa de la atmósfera" y comprobar "el poquito aire que tenemos que repartirnos los hombres, los animales y las plantas". También quedó deslumbrado con "las puestas de sol, los relámpagos, los rayos, el reflejo del sol en los lagos...". Reconoció que comían "más o menos comida, la higiene era deficiente y dormíamos en nichos con forma de sarcófago". Duque destacó la importancia de los experimentos científicos -80 en total- que realizaron durante la expedición y "la inolvidable experiencia de la ingravidez".
"No hay nada comparado con estar encima de todos los países del mundo, con dar la vuelta al mundo en 75 minutos o con volar a 26.000 kilómetros a la hora", indicó Duque, quien pronosticó que Europa podrá competir "de igual a igual" con EE UU en la carrera espacial, si "de verdad existe una cooperación constante entre todos los países miembros de la ESA.
El museo, en diciembre
En la actualidad, Duque se encuentra en Alemania, en el Centro Europeo de Astronautas (EAC), trabajando en la construcción del laboratorio Columbus, el proyecto europeo para la Estación Espacial Internacional, que, según señaló el astronauta español, será lanzado "dentro de cuatro años".Durante su visita a San Sebastián resaltó la necesidad de construir museos de la ciencia para instruir a los escolares en "la importancia de la física y la química y de esta forma romper la barrera tecnológica que nos separa con EE UU".
Duque respaldó la iniciativa de construir el Kutxaespacio de la Ciencia de San Sebastián, que se inaugurará, si no lo remedian otra vez los retrasos en las obras, en diciembre, tras una inversión algo superior a los 2.000 millones de pesetas. El museo contará con un planetario digital, un observatorio astronómico y 170 experimentos didácticos repartidos en diez secciones temáticas -mecánica, electricidad, magnetismo, óptica, entre otros-, y dispondrá de una sala de exposiciones temporales de 800 metros cuadrados. El recinto científico, situado en el Parque Tecnológico de Miramón, también fue visitado ayer por el presidente de la Kutxa, Fernando Spagnolo.
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