Los 'sin tierra' quieren ocupar la finca de Cardoso
El Movimiento de los Sin Tierra (MST), que había reabierto el diálogo con el Gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso tras la mediación de la Conferencia Episcopal, ha vuelto a la guerra invadiendo edificios públicos en nueve Estados del país, al tiempo que amenazaba con invadir la hacienda de los hijos del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso.Los líderes del MST alegan que el Gobierno no cumplió las promesas hechas tras la mediación de la Iglesia y por ello han vuelto a sus métodos de lucha. Pero esta vez el presidente Cardoso ha sido muy duro. Tras una reunión de urgencia con siete ministros de su Gabinete, pidió que el Ejército desaloje los edificios públicos ocupados y que sean detenidos preventivamente los responsables, sin necesidad de un mandato judicial.
La amenaza de los sin tierra de invadir la hacienda de los hijos de Cardoso, llamada Córrego y situada en la localidad de Buritis, en el Estado de Minas Gerais, y la decisión de Cardoso de enviar a 279 miembros del Ejército para contener a los 650 campesinos acampados a la puerta de la finca, han provocado un enfrentamiento entre el presidente y el gobernador de Minas, Itamar Franco, ex presidente de la República y antagonista político de Cardoso, a quien aspira a suceder en el cargo en 2002.
Itamar acusó a Cardoso de haber abusado de su poder al usar al Ejército nacional para defender la finca de su familia, tachando el hecho de "resquicios de la dictadura militar", y así lo hizo saber en una carta pública en la que afirma que, si en el enfrentamiento con el Ejército "hubiera muertos", la responsabilidad sería del presidente. A su vez, Cardoso, tras consultar con ministros, jueces y abogados, respondió al gobernador acusándolo de "antidemocrático" y reprochándole no haber enviado, como era su deber, a la policía de su Estado para garantizar los derechos de su familia en la hacienda. Al mismo tiempo Cardoso se comprometía a retirar al Ejército si Itamar enviaba a la policía estatal.
Es posible que el MST no quiera llegar a las últimas consecuencias y acabe retirándose voluntariamente de los edificios ocupados para evitar un enfrentamiento que podría ser definitivo con el Gobierno y la presidencia de la República. Así lo aconsejaron ayer los líderes más moderados del movimiento.
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