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El fiscal pide 10 años de cárcel por violación para un joven de Bilbao

El Ministerio Fiscal considera probado que R.M.E., de 26 años, obligó a A. P. G., de 23, a que le practicara una felación, y que después penetró a la joven en el interior de su coche aparcado en un descampado del barrio de El Regato, en Barakaldo, de donde la víctima no podía escapar. El fiscal califica estos hechos de un delito continuado de agresión sexual y ayer pidió para el acusado una pena de 10 años de carcel y 500.000 pesetas de multa en la vista que se celebró en la Audiencia Provincial de Vizcaya. Hacia las cuatro de la madrugada del 28 de noviembre de 1998, Ricardo M. E., jugador de rugby y mecánico de profesión, se dirigió a la discoteca Anaconda de Baraldo para seguir la fiesta que había iniciado horas antes en compañía de dos amigos. En el local vió a una chica con la que había mantenido relaciones sexuales con anterioridad y quien le presentó a su íntima amiga, la presunta víctima. Estuvieron bailando los dos grupos hasta que el agresor dijo a A. P. C. que quería hablar con ella. Salieron fuera y como hacía frío fueron al coche del joven.

"Arrancó sin decir nada. Yo le dije todo el tiempo que quería volver a la discoteca, pero no paró hasta que llegó al descampado. Allí no había más coches, no conocía el lugar, no había luz, no había casas, no hubiera podido huir", explicó la víctima durante la sesión del juicio, a preguntas del fiscal de si intentó escapar. La joven, licenciada en Psicología, relató que su acompañante le pinchó "con algo" [según el fiscal, un objeto punzante] y le gritó en sucesivas ocasiones hasta que se desprendió de todas las prendas: "Te he dicho que te quites los pantalones", "que te quites la camiseta"[...]. "Me gritaba y se me echaba encima", dijo la joven, que pesa 48 kilos.

El fiscal y la acusación particular consideraron acreditado que el presunto agresor se bajó el pantalón y los calzoncillos y violó a la joven "de manera continuada". La víctima, que reconoció que su acompañante estaba ebrio, logró convencerle para que le llevara de vuelta a la discoteca. La defensa pidió la libre absolución.

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