Mariano Barroso afirma que le interesa más la lógica del azar que la dramática

Mariano Barroso escribe que descubrió su propio miedo atravesando una vez, de noche y solo, la kasbah, "un espacio exótico para el visitante y demasido real par el nativo". Kasbah, la cuarta película del director de Éxtasis y Los lobos de Washington, narra los miedos de su protagonista (Ernesto Alterio), un joven a quien el azar le retiene, a su pesar, en Marruecos. "Durante muchos años trabajé sobre la lógica dramática, pero desde Los lobos de Washington me interesa otro tipo de lógica: la del juego de casualidades, la del azar. Mi convicción profunda es que es el azar el que mueve la vida".

Rodada íntegramente en Marruecos, Kasbah está narrada desde la mirada de su protagonista, un joven español que trabaja en una empresa afincada en el país vecino, un joven desubicado que se mantiene al margen del país en el que vive y del que sueña poder largarse pronto. "Ernesto Alterio encarna ese miedo del occidental que se encuentra con un medio hostil. Sus ojos están llenos de prejuicios", explica Barroso. "Es un emigrado en tierra de emigrantes". "La película", continúa el director, "tiene un primer nivel que es el del puro thriller; luego están los otros niveles, que están encarnados por los personajes que se van cruzando a lo largo de la historia".

Alterio se ve obligado a encontrar a la hija adolescente (Elena Ballesteros) de su patrón para poder salir del laberinto personal y geográfico en el que se ve metido. Por el camino se cruza con una viajera sin rumbo (Natalia Verbeke), con un legionario racista y mestizo (José Sancho) y con un moro que le enseña la otra cara de un país del que desconfía (Mehdi Ouazzani). "Son personajes que buscan algo, pero que no saben muy bien qué es, personajes que, como todo el mundo, van buscando algo de sí mismos".

Kasbah, que se estrena el próximo día 22, debe verse, según su director, como "una película de género que explora en el azar y en el juego de casualidades".

Los actores de la película coincidieron ayer, durante su presentación en Madrid, en recordar el trabajo de actores de Barroso. "Mariano hila fino, es muy exigente. Me obligó a contenerme, a medir el grado de intensidades. Fue un trabajo muy duro, por el esfuerzo físico y por la concentración que requería", dijo Ernesto Alterio. "A Mariano", añadió José Sancho, "le interesan mucho más los ojos de un actor que una puesta de sol bonita; para él todo es secundario excepto el actor". Sancho, que interpreta a un malo "que no es de opereta, que es víctima de la soledad, la humillación y la frustración", añadió: "Lo que él da a un actor no es fácil de encontrar".

Mariano Barroso viajará la próxima semana a Estados Unidos, donde preparará el rodaje (en México y Veracruz) de En el tiempo de las mariposas. La película, protagonizada y producida por la actriz Salma Hayek, narra la historia de cuatro hermanas que lucharon contra la dictadura de Trujillo en la República Dominicana y que acabaron masacradas por los militares.