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Reportaje:La fundición, un sector tradicional, ha apostado por la tecnología para compensar la competencia mundial

Renovarse o morir

Los nuevos tiempos exigen nuevas soluciones. Y más, para un sector tradicional como la fundición que ya se tuvo que poner las pilas para afrontar la competencia de los países comunitarios y que ahora tiene que luchar contra los bajos precios que ofrecen las fundiciones asiáticas y, especialmente, chinas. Para compensar y no sufrir en la cuenta de resultados, el sector ha apostado por el medio ambiente y la innovación tecnológica.Y fundamentalmente, desde nuestra comunidad. El País Vasco representa el 50% del sector español de fundición. Esto convierte a las empresas vascas en tractoras de esta actividad. En Bilbao están la Asociación de fundidores del País Vasco y Navarra, la Federación española de asociaciones de fundidores y la Asociación española de exportadores de fundición (Fundigex). Con semejante despliegue de agrupaciones empresariales y con el peso específico que le da al sector su larga historia, no es de extrañar que los fundidores vascos sean el principal interlocutor del Gobierno central cuando se tratan cuestiones de este sector en Bruselas.

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Desde la Federación de asociaciones de fundidores, que dirige Ignacio Saenz de Gorbea, también gerente de la Asociación de fundidores vascos y navarros, se están impulsando las acciones estratégicas para que el sector afronte con garantías la cada vez mayor competencia que ha traido la globalización.

La fundición vasca, que cerró 1999 con una facturación de más de 121.000 millones de pesetas, ha empezado este año con una pequeña caída en la cartera de pedidos. "El que más se está resistiendo es el sector del acero y el sector valvulero, que ha bajado no sólo en trabajo sino también en precios", comenta Saenz de Gorbea, quien define al sector como "el primer transformador de la industria".

La razón de este descenso es el aumento de las importaciones de los países asiáticos y, especialmente, de China. "Difícilmente se puede competir con países que tienen unas condiciones laborales lamentables", señala el gerente de la Asociación de fundidores. El país más poblado del mundo preocupa a las fundiciones vascas hasta el punto de que han solicitado en Europa que se inicie un procedimiento anti-dumping contra las exportaciones de China.

A la espera de las barreras arancelarias, el sector está invirtiendo en tecnología, medio ambiente y gestión avanzada para contrarrestar con calidad los bajos precios que ofrecen las fundiciones extranjeras. Además, es que el 57% del sector produce piezas para el sector de automoción. Y el mundo del automóvil se caracteriza por la alta exigencia a sus proveedores. "El sector de automoción nos ha ido traccionando pero también la fundición ha tenido inquietud por la innovación tecnológica", comenta Saenz de Gorbea. Prueba del esfuerzo realizado es el aumento de las ventas exteriores, que han pasado en 15 años del 10% al 50% de la producción.

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La Unión Europea, encabezada por Alemania, con el 29%, y Francia, con el 26%, es el principal destino de exportación. A larga distancia se sitúan países como México, EE UU y Canadá, adonde, respectivamente, apenas llega el 1% de la producción de las fundiciones vascas.

Las inversiones en medio ambiente, que han alcanzado los 2.000 millones de pesetas, han ayudado también a las empresas a ponerse al día en el respeto al entorno. El dinero se ha destinado a evitar la emisión de partículas sólidas y en la reutilización de los residuos como las arenas de fundición que se están consiguiendo reciclar para la producción de cemento, mediante un acuerdo al que han llegado los fundidores con Cementos Rezola, Cementos Lemona y Asfaltos de Campezo.

Falta mano de obra

El manido informe de Confebask en el que se cifraban en 18.000 los puestos de trabajo sin cubrir en Euskadi por falta de mano de obra se confirma en casi todos los sectores. Y la fundición no está entre las excepciones. Consciente de este problema, hace 15 años que la Asociación de fundidores del País Vasco y Navarra inició planes de formación para contrarrestar esta carencia."Intentamos paliar esa falta de personal cualificado mediante jornadas de formación dirigidas a ingenieros y técnicos industriales para dirigirles hacia la metalurgia y la fundición", explica Ignacio Saenz de Gorbea, gerente de la asociación empresarial, quien añade que "echamos en falta las antiguas escuelas de maestría".

Esta agrupación organiza cursos anuales para reorientar hacia las fundiciones a licenciados en Química, ingenieros y titulados en Formación Profesional en el Instituto guipuzcoano de Aretxabaleta y en el Instituto de FP II de Iurreta (Vizcaya).

Para resolver este problema, la Federación española de asociaciones de fundidores ha colaborado con el Ministerio de Educación para que se creen dos títulos especializados en fundición dentro de la Formación Profesional. Mientras las diferentes medidas emprendidas van dando sus resultados, la falta de mano de obra hace que las empresas se quiten trabajadores entre ellas para poder cubrir las vacantes en puestos medios y mandos intermedios.

"Buscamos gente preparada y con un inglés aceptable porque los clientes quieren hablar con el técnico y con el comercial en su idioma", señala Saenz de Gorbea, que estima que este año el sector vasco de fundición terminará el año con los mismos buenos resultados de 1999.

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