Prodi y el Gobierno alemán rechazan un referéndum para ampliar la UE

El comisario alemán Günter Verheugen, ex consejero del canciller Gerhard Schröder, ha añadido más incertidumbre y confusión al futuro de la Unión Europea (UE) al declarar que es partidario de que la ampliación sea sometida a consulta popular en su país. El Gobierno alemán se apresuró a afirmar que no comparte la idea. Y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, tampoco. "Voy a pedirle una clarificación política", dijo ayer Prodi, con preocupación y sin especificar muy bien qué va a hacer.

A título personal

Las declaraciones del comisario alemán han creado malestar entre los Quince. "Como mínimo, son bastante inoportunas", admitió una fuente cercana al presidente del Ejecutivo comunitario. Prodi confesó que no tuvo conocimiento de lo que iba a decir Verheugen y que habló por teléfono con él el sábado por la noche tras enterarse de las explosivas declaraciones del comisario aparecidas esa mañana en el diario Süddeutsche Zeitung: "No comparto para nada esa tesis. Además, la Constitución alemana no contempla la convocatoria de referendos. Voy a pedirle una clarificación política", afirmó Prodi ayer, al término de los dos días de reflexión de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE en la ciudad balnearia de Evian, a orillas del lago Léman."La ampliación es un asunto importante. Supone un contrato que cambiaría el carácter de los Estados miembros y por tanto es un asunto que debería ser confirmado en una consulta popular", afirma Verheugen en la entrevista. El comisario abre la caja de los truenos cuando opina que el referéndum es un mecanismo útil para abrir un debate sobre el futuro de la UE: "Obligaría a las élites a salir de su torre de marfil y a entablar un diálogo con la población como se tenía que haber hecho en el caso del euro". "En Alemania no se debe cometer el mismo error que con el euro, que se introdujo a espaldas de la población".

El ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, cortó en seco: "Ha hablado a título personal. El Gobierno alemán no comparte esas ideas, que tal vez han sido realizadas sin pensar demasiado". En la entrevista, el comisario juzga contraproducente que se discuta abiertamente de la nueva Europa como lo han hecho Fischer y el presidente francés, Jacques Chirac, mientras la UE no concluya la reforma de sus instituciones.El ministro de Exteriores francés, Hubert Védrine, en nombre de la presidencia, no considera incompatible hablar del futuro europeo mientras los Quince negocian la Conferencia Intergurbernamental (CIG), que debe concluir el próximo diciembre en la cumbre de Niza con la redacción de un nuevo tratado.

Sin embargo, las negociaciones sobre la CIG no avanzan mucho y no hay progresos sobre ninguno de los cuatro puntos: la reforma sobre el número de comisarios, la reponderación de votos en el Consejo de Ministros, la eliminación del veto y las llamadas cooperaciones reforzadas que permitan acuerdos entre no todos los países sobre capítulos concretos.

La reforma institucional es condición indispensable para afrontar la ampliación y permitir teóricamente que la UE esté preparada a partir del 1 de enero de 2003 para el ingreso de candidatos. Alemania y Francia hablan ya de que se deberá abrir otra CIG para acomodar la UE a las nuevas necesidades una vez consolidados el euro y la reforma institucional que salga de Niza. Esa CIG marcaría la nueva Europa del siglo XXI, pero todo ello parece estar aún muy verde.