Cogida grave de El Califa
Los toreros que han escogido el camino del valor pecan, casi siempre, de exceso de confianza. En su afán de despreciar el peligro torean al marrajo con la misma displicencia que al pastueño. Por torear así, El Califa sufrió una cogida al inicio de la faena a su primer toro. Se llamaba Rebueno, pero no hizo gala de su nombre. Ya había mostrado sus malas condiciones durante el segundo tercio. Se entableró, escarbó, se dolió al arpón de los rehiletes y comprometió a los subalternos. Ninguna de esas arteras mañas preocupó a El Califa. Ya le había hecho, de salida, un buen toreo a la verónica y abrió la faena con una tanda por el pitón derecho, en la que, muy quieto, templó y ligó los muletazos. Se dispuso a rematar la serie y, al citar, el toro se fue hacia el diestro y le pegó una cornada instantánea en la pierna izquierda.Se quedaron solos Rivera y Finito con el resto de la corrida. Unos toros de Jandilla, entre los que hubo de todo. Un bichejo de corto recorrido -el quinto, que hizo cuarto al cambiarse los turnos, por la cogida- al que Rivera toreó muy desganado y apático y que, por no dominarlo, le puso en algún aprieto. Al ver que le jaleaban los trapazos por alto, le recetó una generosa dosis. Un segundo toro, que tuvo presencia y cuajo, pero que resultó un marrajo de cuidado, con peligro por el pitón izquierdo: Rivera le hizo una faena de aliño por la cara. Un sexto, el de más trapío y presencia del encierro, pero algo flojete. Con él salió Rivera Ordóñez a por todas. Larga cambiada genuflexa en el tercio y verónicas con una rodilla en tierra, al estilo del abuelo materno. También empezó de rodillas la faena de muleta, que le resultó valentona.
Jandilla / Finito, Rivera, Califa; Hermoso
Toros de Jandilla, desiguales de presencia y juego, justos de fuerza. 3º, manso. 5º, con genio. Un toro de Carmen Lorenzo, despuntado para rejoneo, mansurrón, que dio juego.Finito de Córdoba: aplausos y también pitos al saludar; silencio; oreja. Rivera Ordóñez: pitos; división; oreja. El Califa: cogido durante la faena al tercer toro. Pablo Hermoso de Mendoza: dos orejas. Se guardó un minuto de silencio por la muerte del concejal Manuel Indiano en atentado terrorista. Enfermería: El Califa fue atendido de cornada de 15 centímetros en la pierna izquierda que rompe bíceps y vasos venosos y arteriales, de pronóstico grave. Plaza de San Sebastián de los Reyes, 30 de agosto. 5ª corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Finito consiguió una serie de derechazos, perfecta y ligada, en el primero. Dominó el genio del quinto, con un eficaz toreo de mano baja y acabó con el tercero de cinco pinchazos y un descabello.
Hermoso de Mendoza toreó a caballo con soltura y pellizcos de arte. Aunque paseó dos orejas, parece ser que el presidente también le había concedido el rabo, pero el público no protestó porque no se cortara ese trofeo.
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