"Han matado a uno de los nuestros", proclama el diputado general de Guipúzcoa, del PNV

ETA "ha matado una vez más a uno de los nuestros, un representante electo de Zumárraga". El diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, del PNV, incluyó ayer con esta frase al concejal del PP Manuel Indiano, asesinado a balazos ayer en Zumárraga, en su propia lista de muertos. Sudupe atajaba así implícitamente las críticas recibidas por su partido tras el asesinato del empresario nacionalista José María Korta. Algunos representantes políticos vieron entonces más dolor en las filas del PNV y de EA que en las ocasiones en que la víctima de ETA pertenecía al Partido Popular o al socialista. "Más del 90% de la población somos objetivos" de los terroristas, proclamó y pidió que atiendan el "clamor del pueblo" y dejen de matar. El rector de la Universidad del País Vasco, Manuel Montero, alertó sobre el "peligroso abismo ético" que tiene ante sí la sociedad vasca, a la que conminó a "no caer en el desánimo ni dejar que la muerte violenta se transforme en una costumbre", al tiempo que recriminó a ETA su "indigencia moral".

Por su parte, el secretario general de Unidad Alavesa, Pablo Mosquera, exigió al lehendakari, Juan José Ibarretxe, que se enfrente a la banda terrorista "más allá de las palabras, más allá de los llantos y más allá de los gestos de dolor".

Los grupos pacifistas Elkarri y Gesto por la Paz incidieron en la "absurda paradoja" de asesinar a representantes del pueblo elegidos democráticamente" y en la "grave y radical violación de los derechos humanos" que suponen los atentados etarras.

No sirvió de nada la exigencia de IU-EB de que EH rechace la ofensiva etarra, por obligación "política y moral". Ajenos por enésima vez a cualquier consideración ética, los herederos de HB se limitaron a atribuir el asesinato -"tragedia humana", le llamaron- de Indiano a "la negación de la voluntad de Euskal Herria". Su muerte, dicen, les dio "pena".