Entre los escombros de su hogar

Poco se imaginaban los vecinos del distrito de Vallecas Villa que los acuíferos del subsuelo del distrito les iban a traer tantos problemas como para que perdieran sus propias casas. Repartidas por las calles del distrito, cerca de 1.000 viviendas presentan en sus tabiques y fachadas grietas de hasta 10 centímetros de anchura, que invitan a sus habitantes a santiguarse cada noche y a rezar para no amanecer a la mañana siguiente entre escombros. Culpan de la situación a las obras que llevaron las vías del metro de la línea 1 desde Portazgo hasta la estación de Congosto, en los confines del distrito.Los vecinos explican que las aguas del subsuelo del distrito fueron canalizadas por los obreros del metro y que ello ha generado una "desecación del subsuelo", lo que provoca que las casas peligren.

El número 10 de la calle Gavia Seca tuvo que ser demolido el pasado día 22 por el riesgo inminente de hundimiento que presentaba. Las 13 familias de este inmueble se quejan del "frenético descontrol", con el que se llevó a cabo el realojo que las autoridades organizaron y que les ha dispersado por hostales y casas de amigos. Los afectados culpan de su situación a las obras del metro como "responsables del hundimiento" de sus viviendas. "A estas estas alturas, no sabemos dónde están ni nuestras ropas, ni nuestros enseres", explica Eva María, una joven afectada por el desalojo de esta finca.

Una mujer, Carmen Cortés González, de 33 años, ha ido más lejos en su lucha por conseguir "un realojo más digno". Desde las ocho de la tarde del viernes mantiene una huelga de hambre para pedir "humanidad y raciocinio", en lugar de "altanería y prepotencia". Apostada en su coche frente a lo que fue su hogar y ahora son escombros. Permanecerá en huelga de hambre hasta que la Comunidad le garantice que las nuevas viviendas prometidas estarán construidas en un año " y no en dos como han anunciado". El Gobierno regional ha prometido a los vecinos una casa, pero fuera de Vallecas.

Carmen quiere hablar con el vicepresidente del Gobierno autonómico, Luis Eduardo Cortés, "como responsable de Metro de Madrid y de las obras de ampliación de la línea 1". "Quiero explicarle al señor Cortés que soy una persona y no un mueble al que alguien puede cambiar su lugar de residencia desde la frialdad de un despacho, sin tener en cuenta unos valores sociales. Nuestras costumbres y hábitos no se pueden olvidar de un plumazo", dice.

Han pasado ya las primeras 32 horas del calvario de Carmen sin ingerir ningún alimento sólido. Sólo toma agua y zumos. Los médicos del Samur le hicieron ayer el primer control, en el que detectaron un importante descenso de los niveles de glucosa y le recomendaron tomar azúcar para compensar su hipoglucemia. Carmen todavía esperaba ayer la visita de los Servicios Sociales del Ayuntamiento.

La oposición municipal, PSOE e IU, también ha tomado cartas en el asunto: Gerardo del Val, concejal de IU, criticaba ayer el total "abandono" del Ayuntamiento hacia estas personas. Al concejal le parece un "hecho insólito" que no se haya contado con ningún vecino para establecer un realojo dentro del distrito de Vallecas "de acuerdo con las costumbres sociales de estas personas".