Fonseca era pariente del presidente de Guinea-Bissau
En la última conversación que Antonio Fonseca Méndez, de 32 años, mantuvo con su segunda esposa, Carla López de Alfonseca, de 27, ambos bromearon acerca del nombre con que iban a bautizar al niño que nacerá dentro de dos meses. Antonio llamó durante la madrugada del 20 de mayo. Llevaba cuatro días en Arrecife visitando a su hermana Amalia, de 30 años, y le dijo a Carla que el lunes volvería a Madrid. Horas después falleció en la comisaría de Lanzarote. A su muerte quedaron huérfanos Sheila, una lisboeta de 8 años fruto de su primer matrimonio, y el niño que nacerá el próximo octubre. Antonio amenazaba con ponerle al crío un nombre guineano, pero Carla sabía que lo estaba diciendo en broma. Ambos llevaban varios años viviendo en el barrio de Villaverde (Madrid) y esperaban que el hijo se criara con los mismos chiquillos con quien Antonio solía jugar cada tarde en el campo de fútbol después de haber comprado el diario As. Antonio había sido hasta cuatro años atrás profesional de la Segunda División portuguesa de fútbol. Pasó por el Juventud de Oporto, el Lusitania de Azores, el Castelo de Maia y el Oliveira de Bairro. En todos ellos le ofrecieron sueldo y vivienda hasta que una lesión de rodilla lo apartó del fútbol y decidió emigrar a España hace cuatro años.Desde entonces se dedicó a comprar en Madrid ropas, coches y zapatos que vendía en su país. En Guinea-Bissau, los Fonseca tenían cierto halo de honradez. Su difunto padre era inspector portuario. Y los hermanos Fonseca son cuñados del actual presidente de Guinea-Bissau, Kumbala Yala, cuya esposa, Juliana Delegado de Pinto, es prima hermana de ellos. Paolo, el mayor de los Fonseca, es licenciado en educación física y estudia el doctorado en Oporto. Fátima, de 40 años, es secretaria del ministro de Economía. Y Amalia, la que ha comparecido hasta el momento en los medios de comunicación, asegura haber estudiado la carrera de dentista en Cuba, aunque mientras espera la convalidación de los estudios sobrevive limpiando pisos en Arrecife. Para sufragar los gastos de la defensa del caso y pagar al forense García Andrade por su informe privado, la familia ha sido ayudada por el colectivo de inmigrantes guineanos de España.
La familia de Antonio Fonseca desmiente que éste haya consumido nunca ningún tipo de drogas. Todos señalan que era muy deportista y que ni siquiera fumaba.
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