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El municipio impedirá aparcar en las calles de Centro más de dos horas a partir de marzo

La alcaldesa en funciones y concejal de Policía, María Tardón, está dispuesta a que los madrileños vayan al trabajo en metro o en autobús y dejen, por fin, el coche en casa. Para ello, guarda una medida en la manga: a partir de marzo, cuando los parquímetros funcionen en la zona actualmente acotada por la ORA, nadie podrá dejar el vehículo privado más de dos horas en la calle. Un ejército de vigilantes contratados por las empresas privadas que gestionarán estos parquímetros se encargarán, según los planes de Tardón, de impedir que nadie se salte la ley.

2,1 millones de coches

La zona ORA, que incluye las calles comprendidas en el cuadrado que forman Atocha, Doctor Esquerdo, General Yagüe e Isaac Peral, tendrá parquímetros "en el primer trimestre del año que viene", según Tardón. Esto significará una revolución en el aparcamiento. "En un principio, se instalarán parquímetros sólo en la zona ORA, aunque hay vecinos que han solicitado que la medida sea más amplia. Pero no conviene precipitarse", afirma. La concejal anuncia que la idea de implantar parquímetros "no tiene vuelta atrás". Por una razón: "El aparcamiento en superficie es escaso, y especialmente escaso en el centro de la ciudad. Los parquímetros serán un paso más de la ORA. La ORA no se respeta debido a que es muy difícil demostrar que un coche ha estado más tiempo del debido".¿Y con los parquímetros sí se respetará? "Sí, porque las empresas que se ocupen de gestionar este sistema aportarán vigilantes, es decir, más personal para verificar quién se pasa o no. Estos vigilantes estarán, claro está, muy conectados con la policía, ya que las denuncias de los vigilantes sólo sirven como las de cualquier otra persona y únicamente los policías municipales tienen potestad para poner sanciones o mandar a la grúa a llevarse un coche".

Actualmente, el Ayuntamiento lleva a cabo un estudio pormenorizado de calles y avenidas de la capital para calibrar las necesidades de aparcamiento. Este informe se concluirá antes de implantar los parquímetros. El concurso para que las distintas empresas opten a colocarlos y gestionarlos estará terminado, según la alcaldesa en funciones, en otoño. "Y a mí me gustaría que se implantaran antes de que terminara el primer trimestre del año que viene", añade Tardón.

Todavía no está claro el precio que tendrá aparcar en la calle vigilada por un parquímetro: "La primera media hora tendrá un precio simbólico, pero luego la tarifa será progresiva y más alta, según se ocupa más tiempo", explica la concejal.

Lo que sí ha pensado y planificado Tardón es el tiempo máximo que un automovilista podrá aparcar con este sistema: "Lo mismo que ahora se permite con la ORA: 120 minutos. Lo que pasa es que la ORA, como ya he dicho, no se respeta porque es difícil de controlar, y los parquímetros, sí. Se trata de que la gente use el transporte público para ir al trabajo, ya que la oferta de la capital, tanto en el metro como en el autobús, es muy buena".

La alcaldesa en funciones también se muestra dispuesta a afrontar un reto que otros muchos han intentado antes y han fracasado: regular más estrictamente las operaciones de carga y descarga de mercancías: "Queremos que se racionalice. En Madrid se carga y descarga a todas horas; así que vamos a hablar con los comerciantes para intentar organizar esta operación. Hay que tratar de que se haga a determinadas horas. Porque ahora es todo el día".

Tardón reconoce que se producen atascos. Pero también añade "que ahora hay muchos más coches circulando que hace años". "En Madrid hay matriculados 1,6 millones de vehículos. Y 500.000 que, diariamente, de lunes a viernes, llegan de la periferia.", calcula.La concejal considera que las medidas encaminadas a reservar calles y zonas a los peatones "hay que tomarlas con cuidado". "Reservar el centro histórico sólo para los viandantes me parece un error. Son 500 hectáreas que no se pueden dejar sólo para los peatones. Porque se moriría esta zona, en la que se está consiguiendo que vuelva la gente joven", señala.

Asegura que el Ayuntamiento lucha contra "una idiosincrasia muy particular, la del madrileño". "Aquí pensamos que aparcar en doble fila es algo normal. Pero las cosas están cambiando: hace unos años no se pagaban las multas. Ahora se pagan el 40% . Hay todavía que mejorar, ser más eficaces e intensificar la disciplina. Pero el procedimiento sancionador está tan excesivamente burocratizado que resta buena parte de su efectividad", concluye.

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