Una exposición refleja a través de 60 fotografías la transformación de Bilbao desde inicios de siglo
Fotografiar un lugar y regresar al cabo de unos años para plasmar de nuevo sobre papel fotográfico cómo ha cambiado es poco original hoy en día. Lo novedoso es hacer la segunda fotografía exactamente desde el mismo punto donde se hizo la primera y muchos años después, explicó ayer Ramón Esparza, comisario de la exposición Retornos. Ése es el punto de partida de la muestra que mediante una treintena de parejas de imágenes -una tomada en la primera mitad del siglo; la otra, en los últimos meses- muestra la transformación que ha experimentado Bilbao.
Contraponer imágenes del Bilbao de la primera mitad del siglo y del actual ha implicado un trabajo en cierta medida detectivesco sazonado también con un punto de aventura, según explicaron ayer el comisario de Retornos, Ramón Esparza, y el autor de las fotografías actuales, Carlos Cánovas.Primero, hubo que buscar imágenes originales de aquellos años. Fue una tarea más complicada de lo que en principio parecía. Y después había que dar con el punto exacto desde donde se realizaron. En algunos casos hubo que desechar las tomas, puesto que en el punto desde donde se hicieron ahora existe una casa, una fuente o ha crecido un árbol. En otros casos, fue preciso cargar con la cámara de placas hasta lugares de complicado acceso.
Resultó que los archivos institucionales vascos sólo conservan copias en papel (cuya reproducción a gran tamaño implicaría una mala calidad) y que inclusó en algun caso se negaron a facilitarlas, explicó Esparza. La solución resultó estar en el Instituto de Estudios Fotográficos de Cataluña. Allí se conservan los negativos originales de dos de las empresas que a comienzos de siglo realizaban postales. Una treintena de imágenes de las colecciones de Josep Thomas y Lucien Roisin son la base de la muestra.
La exposición Retornos, que permanecerá abierta al público en una de las salas de exposiciones de la BBK (Elcano, 20) hasta el próximo 30 de septiembre, es otra aportación más al 700º aniversario de la villa de Bilbao. Los responsables de la muestra destacaron en su presentación que ésta permite comprobar cómo lugares antaño emblemáticos han dejado de serlo con el paso del tiempo. Buena parte de los rincones reproducidos en decenas de postales son hoy lugares anodinos.
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