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Londres encarcela a un líder lealista para salvaguardar el proceso de paz

Peter Mandelson, ministro británico de Irlanda del Norte, respaldó ayer la detención y encarcelamiento del dirigente probritánico Johnny Adair en informes policiales que documentan su presunta responsabilidad en recientes acciones terroristas. Adair, que se había beneficiado del programa de excarcelaciones anticipadas, ingresó en prisión la noche del martes. Los principales partidos católicos y protestantes pidieron a Londres que detenga a otros paramilitares que amenacen el proceso de paz.

En un intento por aplacar la espiral de violencia entre las facciones rivales de protestantes radicales, Mandelson ordenó el martes el encarcelamiento de Johnny Adair, cabeza visible de la Asociación para la Defensa del Ulster (UDA), la más numerosa de los organizaciones paramilitares. "Estaba actuando como un intocable. Fanfarroneando frente a las cámaras, incitando a la violencia, permaneciendo por encima de la ley... Minaba la confianza de la gente en el poder de la ley en Irlanda del Norte", dijo el ministro en televisión. Adair, que salió a la calle el pasado septiembre, regresó a prisión sin pasar por el juzgado. No era necesario. La legislación permite la retirada de la licencia de libertad a los presos beneficiados por el proceso de paz que "participan en actos de terrorismo y en la preparación o instigación de actos de terror conectados con los asuntos de Irlanda del Norte". "Ha continuado y ha estado relacionado muy directamente con actos de violencia", reiteró Mandelson.

No se han producido aún respuestas violentas a la decidida acción contra un personaje que parte de su comunidad considera un héroe. Junto a su residencia de Belfast, en el distrito de Shankill, grupos de jóvenes parecían aguardar las órdenes del Consejo Interno de la UDA, que anoche mantuvo una reunión. El Consejo debe trazar una estrategia para apoyar la impugnación de la decisión de Mandelson, que Adair prepara con sus abogados, y valorar quizá la relevancia que el dirigente encarcelado jugará en el futuro dentro de este sector mayoritario de paramilitares.

[Anoche un hombre que recibió un disparo de desconocidos resultó muerto en un hospital de Belfast, sin que la policía pudiera aclarar si se trataba de un incidente vinculado a la violencia lealista, informa Reuters.]

Adair defiende en público el proceso de paz pero, desde su excarcelación, estrecha la relación con la Fuerza de Voluntarios Lealistas (LVF), un grupúsculo de paramilitares protestantes que mantiene la lucha armada. Su campaña de intimidación, que desencadenó la batalla abierta en las calles de Belfast, apuntaba a miembros de la única organización probritánica con representación en la Asamblea de Belfast a través del Partido Progresista del Ulster (PUP). Se estima que el Consejo de la UDA mantiene un equilibrio delicado en su respaldo al proceso de paz. Pero el encarcelamiento de Adair podría inclinar la balanza en favor del creciente sector de descontentos con el rumbo político que toma Irlanda del Norte

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Perro Loco vuelve a atacar

Cuando un periodista británico le preguntó en televisión si alguna vez había llevado a un católico en su coche, en 1993, respondió: "Sólo a uno muerto". El brazo político de su grupo terrorista no obtuvo ni un escaño en las elecciones, pero él, Johnny Adair, Perro Loco, es el más popular de los paramilitares protestantes. Y el más temido. El líder de los Luchadores por la Libertad en el Ulster en el barrio de Shankill Road, de 36 años, habita una de esas casas de ventanas protegidas por redes metálicas donde atrinchera a su esposa, Gina, y a sus tres hijos mientras él sigue riéndose en privado del proceso de paz. En público lo aprobó, y así salió de la cárcel en 1999 beneficiado por la excarcelación anticipada. Pero en realidad ha estado en todas las trifulcas de los radicales probritánicos de los últimos meses e intenta tomar el control de todos los paramilitares protestantes de la provincia. Rapado, musculoso, tatuado y agujereado con pendientes, el Perro Loco no sólo muerde, también ladra. Por eso, porque se le escapa el ego por la boca, se convirtió en la primera persona procesada en Irlanda del Norte por "dirigir el terrorismo". En 1995 fue condenado a 16 años de prisión por este cargo. Aunque sólo él sabe en cuántas muertes estuvo implicado, los datos más conservadores hablan de, al menos, 12 católicos.

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