Sobre el diálogo
Félix de Azua interroga en EL PAÍS a los firmantes de peticiones de diálogo sobre la clase de grupos con los que se debe dialogar, si es necesario o conveniente negociar con grupos de la extrema derecha nacionalista y xenófoba y sobre qué debe negociarse. Trataré de contestarle.En primer lugar, es obvio, que no se debe negociar con ETA, grupo que carece de ninguna legitimidad popular. En esto, debe seguirse el ejemplo irlandés invocado en la declaración de Lizarra e inmediatamente traicionado por la mayoría de sus firmantes. En Irlanda del Norte, las bandas armadas han sido excluidas de cualquier negociación política, sólo participan en los órganos que verifican su desarme.
En segundo lugar, el diálogo debe establecerse entre todas las formaciones políticas. Aquí resulta evidente la dificultad de hablar con HB, cuya única estrategia consiste actualmente en aplaudir las acciones de ETA. Pero en un sistema democrático no puede renunciarse nunca a integrar en el juego político a todos los sectores de la población. Si en virtud de la Constitución, hasta a los más peligrosos criminales se les ofrece la reinserción social, resultaría absurdo excluir una "reinserción política" para las formaciones que hoy se sitúan al margen del sistema democrático.
El diálogo en una primera fase debe incluir a las fuerzas democráticas, sin otra condición que rechazar la violencia. Pero debe mantenerse permanentemente abierta una puerta a que en un futuro el diálogo se extienda también a HB, si esta formación da pasos creíbles hacia su desvinculación del terrorismo.
¿Y sobre qué dialogar? Sobre el conflicto político de fondo, que no es un enfrentamiento entre España y el País Vasco, como pretende ETA, sino, como decía el frustrado plan Ardanza, "consiste en la contraposición de opiniones vascas sobre lo que somos y queremos ser". En particular, hay que hablar sobre por qué una parte de la población vasca no se siente integrada en el vigente marco constitucional y estatutario, hasta el punto de que algunos prestan su apoyo al terrorismo. Y sobre qué soluciones políticas deben darse para conseguir la integración de esos sectores en el juego político; partiendo, inexcusablemente, del marco que ha sido sometido a sanción democrática, esto es, Constitución y Estatuto, pero sin excluir de entrada eventuales reformas que contarán con el suficiente consenso y contribuyeran a la solución del problema.- Miguel Iza, coordinador de IU de Pamplona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.