Internacional de la libertad
No sé cuántos de ustedes están al corriente de la instructiva controversia que en las Naciones Unidas contrapone la vastísima Federación Rusa al pequeño Partido Radical Transnacional, el PRT, en el cual milito. Permítanme que se la resuma. El PRT nació en 1987 con vocación de partido "global", capaz simultáneamente de eliminar las fronteras inter-nacionales y de dar voz a todos aquellos para quienes la pre-condición necesaria para construir sociedades libres, prósperas y justas es la conquista de los derechos civiles y de las libertades individuales. Fundamos una "Internacional de la libertad" que se diferencia de las ya existentes por no tener ninguna ideología de referencia -solamente valores y principios- y no reclutar partidos en el poder o con expectativas de obtenerlo, sino personas individuales. En 1995 el comité económico y social de las Naciones Unidas reconoció al PRT (protagonista de campañas globales como la de la abolición de la pena de muerte) como organización no gubernamental con el estatus de observador. Desde entonces ofrecemos nuestro turno de palabra en la ONU a todos los que, inscritos con nosotros, representan movimientos y realidades que la diplomacia oficial ignora: disidentes chinos y cubanos, nacionalistas tibetanos en el exilio o víctimas de la pedofilia en Bélgica. En la sesión del pasado abril de la comisión de la ONU para los derechos humanos, en Ginebra, tomó la palabra el radical checheno Akhiad Idigov, miembro electo del Parlamento checheno, que viaja con pasaporte ruso y goza, en varias capitales europeas, de una sólida reputación. Pues bien, ése fue motivo suficiente para que la Federación Rusa exigiese la expulsión del PRT de las Naciones Unidas, basándose en dos acusaciones ridículas: que habríamos dado la palabra al "representante de una organización terrorista" (el digníssimo diputado Idigov) y que el PRT "está implicado en el tráfico ilegal de estupefacientes". ¿De dónde sale esta segunda acusación? Algún funcionario ruso ha descubierto en nuestra página de Internet que los radicales -convencidos de que un problema social como el de la droga no se puede resolver simplemente con leyes prohibicionistas- practican la desobediencia civil (fumar hierba públicamente) a fin de denunciar la incongruencia del prohibicionismo y promover la regulación de leyes para el uso de estupefacientes. Sepan por el momento que el Goliat ruso todavía no ha podido con el David radical, pero que volverá a intentarlo en septiembre.P. S. Quien quiera dar apoyo a David puede apuntarse al Prt a través de Internet: www.radicalparty.org
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