Segunda fase de la "revolución"

Hugo Chávez juró ayer en la sede de la nueva Asamblea Nacional unicameral, en Caracas, como presidente de la República de Venezuela hasta el 2006, después de que fuera reelegido con el 56,93% de los votos en las elecciones generales del pasado 30 de julio. A la ceremonia no fue invitado ningún presidente o jefe de Estado extranjero. Tras un año y medio en la presidencia del tercer exportador mundial de petróleo, Chávez encara la que denomina segunda fase de su "revolución pacífica", en la que pretende abordar profundas transformaciones económicas y sociales.En la primera fase se aprobó la nueva Constitución, refrendada en diciembre pasado, que sustituyó a la que Chávez denominó peyorativamente "la moribunda". En la nueva Asamblea Nacional, el Movimiento V República (MVR), del primer mandatario, dispone de la mayoría absoluta gracias al acuerdo alcanzado con otras formaciones políticas. Con un Parlamento monocolor, Chávez tendrá en sus manos la capacidad de designar al fiscal general, al defensor del pueblo, las autoridades electorales y la aprobación de las leyes que permitan poner en marcha los cambios de la Constitución Bolivariana de 1999. Nunca un presidente venezolano tuvo el poder político que acumula Chávez.

Por si no fuera suficiente, el presidente podría solicitar poderes especiales para acelerar la aprobación de leyes en las áreas económica y social.

El columnista venezolano Luis Enrique Oberto ha escrito al respecto: "Si mala es la unicameralidad de la Asamblea porque elimina el control sobre la calidad de las leyes y la ponderación de su contenido que la existencia de una segunda ofrece, peor sería, en las actuales circunstancias, la habilitación incondicional al Ejecutivo". Ante la falta de un líder que estructure a la oposición, Chávez no tendrá a quién culpar de los errores que cometa a partir de ahora.