Conseguir unas fiestas habitables

El equipo de gobierno bilbaíno consideran que su principal contribución ha consistido "no tanto en alterar el programa como en controlar la fiesta". "El futuro de la Aste Nagusia no pasa por hacer el programa más amplio, sino de mayor calidad", indican las fuentes consultadas. Pero lo principal es que todos se sientan cómodos en la capital vizcaína en unos días en que la normalidad se ha puesto patas arriba.A esa comodidad va a intentar contribuir el nuevo servicio de voluntarios, un centenar de jóvenes que se distribuirán por parejas desde hoy mismo en 11 puntos estratégicos de la ciudad. Serán claramente visibles por el color amarillo que distingue los puntos de información. Su misión, además de dar información sobre los actos, equipamiento y servicios básicos para el ciudadano, será canalizar las quejas y sugerencias entre los participantes en la Aste Nagusia y el consistorio.

Para controlar los ruidos se han establecido tres medidas. Primero, se ha dividido la ciudad en zonas y se han establecido niveles de ruidos para cada una de ellas. En segundo lugar, se impedirá la batalla de decibelios coordinando que locales y txosnas cercanos entre sí programen la misma música. Y, por último, se exigirá el uso de un limitador de ruido a los locales. El resultado se conocerá desde el día 27, cuando le empiecen a llegar (o no) cartas de queja de los vecinos al alcalde. "En seguida sabremos su opinión", admiten en el consistorio.

También se notará el aumento de los efectivos de la Policía Municipal hasta 200 agentes, un 50% más de lo habitual en estas fechas, para garantizar la seguridad ciudadana. Responsables del Departamento de Interior y del Área de Seguridad Ciudadana cerraron ayer el dispositivo de protección que se ha preparado.

Entre otras medidas, se ha adelantado la hora de los fuegos artificiales, que se lanzarán a las 22.45. "Con el anterior horario, al terminar los fuegos la gente salía con mucha prisa a las actuaciones siguientes, con el riesgo que eso suponía. Ahora, los espectadores van a disponer de una hora para trasladarse tranquilamente", apuntan dichas fuentes.

Que la ciudad sea habitable estos días depende en gran medida del esfuerzo de los operarios municipales de limpieza. "La gente tolera mejor las fiestas si sabe que la ciudad estará lista a la mañana siguiente", afirma el Ayuntamiento. La hora tope para que la ciudad reluzca será las once de la mañana. Y vuelta a empezar.