La batalla por las licencias de móvil eleva la subasta en Alemania a casi ocho billones

tCon signos de cansancio, los seis contendientes que persiguen una de las licencias de telefonía móvil multimedia que se subastan en Alemania elevaron ayer la puja hasta los 7,9 billones de pesetas. El objetivo parece centrase ya en conseguir que uno de los contrincantes tire la toalla en esta guerra no deseada de apuestas astronómicas que hará resentir los bolsillos de las operadoras. El grupo formado por Telefónica y la finlandesa Sonera, determinado a no ser la próxima víctima, ofrece ya 1,3 billones de pesetas con la intención de introducirse en el mayor mercado de Europa.

La subasta para conceder entre cuatro y seis licencias de telefonía móvil multimedia (UMTS) que se efectúa en Alemania estos días es ya la número uno por dinero recaudado y, a este paso, el récord será imbatible. Tras 13 días y 162 rondas, la puja alcanza los 7,9 billones de pesetas (93.350 millones de marcos) frente a los 6,5 billones recogidos por el Gobierno británico en la subasta de abril pasado. La puja alemana supera cuatro veces la cantidad perfilada en el presupuesto de este año por el ministro de Finanzas del país, que destinará el dinero a aliviar una deuda pública de 130 billones de pesetas.Los seis contendientes -inmersos en una inesperada batalla de apuestas desde el 31 de julio- empiezan a mostrar signos de cansancio. "No podemos prever el final", reconoció ayer Klaus-Dieter Scheurle, presidente de la autoridad reguladora de las telecomunicaciones en Alemania, organizadora de la subasta. El consorcio Debitel, controlado por Swisscom, abandonó el viernes pasado la puja, incapaz de seguir el ritmo de sus contrincantes.

Las pujas son ahora más cautas y la cantidad de dinero apostado entre ronda y ronda disminuye. A estas alturas, todo apunta a que los contrincantes se miran los unos a los otros con la esperanza de que el otro se caiga de la lista de candidatos, a ser posible hoy. El Gobierno alemán ha puesto a la venta 12 paquetes de frecuencias. Cada competidor necesita al menos dos para obtener una licencia. El problema es que los dos grandes de la subasta -T-Mobil (filial de Deutsche Telekom) y Mannesmann (de la británica Vodafone)- parecen no conformarse con dos frecuencias. Conseguir tres les daría más fuerza.

El grupo de Telefónica y Sonera (3G) ofreció ayer hasta 1,3 billones de pesetas por un bloque de dos frecuencias, a pesar de las afirmaciones de algunos analistas de que, si alguien abandona la subasta, los primeros serían ellos. Ninguna de las dos operadoras tiene infraestructura de redes ni marca en Alemania. Telefónica ya se ha retirado de otras dos subastas. En el Reino Unido tiró la toalla cuando la puja alcanzó el billón de pesetas y se quedó fuera en el concurso abierto en Turquía cuando su propuesta llegaba a los 215.000 millones de pesetas.

Tomando como válido el panel de la última ronda de ayer, la número 162, T-Mobil (la filial de telefonía móvil de Deutsche Telekom) se llevaría tres bloques de frecuencias por 1,97 billones de pesetas. Viag (participada por British Telecom) sólo se quedaría con un bloque, con lo que también se encuentra en la lista de posibles candidatas a abandonar la puja. De todas maneras, una sola ronda no es suficiente para adivinar la estrategia de la competidora en una subasta opaca y rodeada de máximas medidas de seguridad para impedir que las contrincantes se pasen información.

El resto -3G, Mobilcom (France Télécom), Mannesmann y E-Plus (con la holandesa KPN)- se quedarían con dos bloques a un precio de entre 1,3 y 1,4 billones de pesetas.

Los contendientes se enfrentan con una guerra de ofertas que no querían y que les obligará a endeudarse a través de emisión de bonos para pagar las facturas de la telefonía móvil multimedia. Las operadoras ya se quejaron en la subasta del Reino Unido de este sistema, basado exclusivamente en lo que cada una está dispuesta a pagar. El caso de Holanda, donde sólo se recaudó una tercera parte de lo previsto, hizo pensar que la euforia se había superado. Alemania tiene, no obstante, el potencial para hacer un buen negocio: 82 millones de habitantes, el mayor mercado de Europa.