La entrada de extranjeros hizo crecer la población de la UE en más de 700.000 personas el año pasado

La población de la UE aumentó en 989.200 personas en 1999, gracias especialmente a la inmigración. Un total de 711.400 de esas personas son inmigrantes, y 277.700 se deben al crecimiento natural de la población, según datos difundidos ayer por la oficina estadística comunitaria, Eurostat.Europa tenía el 1 de enero de 2000 un total de 375.967.700 habitantes; un año antes eran 374.978.600. El aumento natural de la población (la diferencia entre nacimientos y defunciones) se elevó a 277.700 personas. El saldo migratorio (la diferencia entre el crecimiento total de la población y el crecimiento natural) se elevó a 711.400 personas.

España fue el sexto Estado de la Unión en cantidad de inmigrantes acogidos (por detrás incluso de otros países mucho menos poblados, como Holanda). En cifras relativas a la población del país, sólo Francia y Finlandia acogieron a menos inmigrantes que España.

La frialdad de la estadística permite atemperar las polémicas de las últimas semanas en España sobre el fenómeno de la inmigración. A pesar del dramatismo de las pateras y de los abusos de los traficantes, Eurostat pone de relieve que España está muy lejos, incluso en los dos últimos años, de las cifras de otros países de la UE. Su saldo relativo fue algo más elevado incluso en 1998 (1,1 por 1.000) que en 1999 (1 por 1.000), frente a una media europea de 1,4 y 1,9, respectivamente. El saldo migratorio español era mucho más alto en 1980, con tres personas por cada 1.000, pero entonces se debía más al retorno de españoles que vivían expatriados que a la llegada de extranjeros a España.

En cifras totales, tres países soportaron el gran peso de la inmigración en 1999: el saldo migratorio aumentó en 204.800 personas en Alemania, 161.500 en el Reino Unido y 161.500 en Italia. Después están Francia (50.000), Holanda (43.800), España (39.600) y Grecia (25.000).