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Rodonyà recauda fondos para trasladar a Marruecos el cadáver del niño hallado muerto en un pozo

El Ayuntamiento de Rodonyà (Alt Camp) y los familiares de Zouher Rajoui, el niño de ocho años que apareció muerto el pasado miércoles en un pozo de la localidad, han iniciado una campaña de recogida de fondos para posibilitar el traslado del cadáver y su entierro en Marruecos, su país de origen. El caso de la muerte del niño que, según la investigación, se produjo de forma violenta, continúa bajo secreto de sumario, después de que se haya procedido a la realización de la autopsia.

Los padres de Zouher agradecen en un comunicado el apoyo recibido por los vecinos y, en un bando que se ha colocado en puntos visibles de la población, se hace una llamada a la solidaridad ciudadana para la recaudación de fondos que posibiliten el traslado del cadáver a Nador, la ciudad marroquí de la que procede la familia. Los donativos se pueden depositar en una urna instalada en el Ayuntamiento.

Las hipótesis sobre la muerte del niño continúan abiertas, aunque a priori se descarta que se trate de un accidente, puesto que es muy difícil que Zohuer cayera por sí solo en la cisterna, por la forma en que está construida. El pozo está situado en una zona de difícil acceso, a 400 metros de la población, por lo que se supone que quien lanzó el cadáver del niño a su interior conocía perfectamente la existencia de la cisterna y el terreno en el que se movía.

Entre la familia, tremendamente afectada por lo sucedido (el padre tuvo que ser ingresado en el hospital Pius de Valls, mientras que la madre permanece bajo tratamiento), las hipótesis que se barajan son muchas: desde la posibilidad de que el niño fuera atropellado por alguien que recogió el cuerpo y lo hizo desaparecer, para ganar tiempo, hasta que el suceso tenga un trasfondo xenófobo.

Según explicaron ayer algunos familiares, la comunidad marroquí de Rodonyà, integrada por cinco familias, tiene miedo de salir de casa los fines de semana puesto que se han registrado episodios de rechazo y violencia protagonizados por jóvenes llegados de fuera de la población. Este extremo fue negado por el alcalde de Rodonyà, Josep Maria Saumell, que aseguró desconocer que se hubieran producido actos de este tipo en el pueblo.

El alcalde hizo especial énfasis en la necesidad de esclarecer lo sucedido, que calificó como un asunto muy grave y más en una población de poco más de 350 habitantes. De ellos, alrededor de 200 participaron durante la noche del martes en la búsqueda del pequeño desaparecido.

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El padre de Zohuer, Mohammed Rajoui, llegó a la población del Alt Camp procedente de Nador hace ocho años. Muy trabajador, según los vecinos, consiguió agrupar a su familia que, según el alcalde, se ha integrado perfectamente en la población. Zohuer acudía normalmente al colegio, seguía los horarios familiares marcados de forma regular y no se alejaba del núcleo urbano. Entre las ocho y las nueve de la noche, se encontraba siempre en su casa.

El pasado martes, a las 10.30 horas de la noche, Mohammed Rajoui, denunciaba la desaparición de su hijo ante la Guardia Civil.

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