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Reportaje:VERANO2000

El número de 'cruceristas' en los puertos andaluces creció un 52% el año pasado

Sólo un 10% de los pasajeros visita la ciudad de escala, la mayoría viaja a Sevilla y Granada

Javier Arroyo

Cientos de turistas llegan cada mañana a los puertos de Málaga, Cádiz y Almería en lujosos buques para, apenas desembarcar, coger un autobús que los llevará a visitar la Alhambra, la Giralda o las bodegas de Jerez. Se trata de los cruceristas, viajeros que se usan la noche para desplazarse y disfrutar de las fiestas y cenas que se les ofrece abordo y el día para hacer turismo durante unas horas. Las autoridades de esos puertos se quejan de que, mientras sigan siendo sólo puntos de escalas, la riqueza generada por el turismo seguirá marchándose a Granada, Sevilla u otras ciudades comprendidas en el hinterland, área de infuencia a la que se puede acceder cómodamente en el día desde el puerto de escala. En cualquier caso, el número de cruceros que atracó en 1999 en los puertos andaluces, 539, aumentó un 35% con respecto al año anterior y se prevé un incremento del 20% para este año. En total, 310.872 viajeros hicieron escala en los puertos andaluces, un 52% más que en 1998.El deseo de las autoridades portuarias es convertirse en lugar de salida o llegada de los cruceros, lo que añadiría noches de hotel, uso de restaurantes y aeropuertos locales y, en fin más gasto en la ciudad. Un primer paso se ha conseguido en los últimos días con el anuncio por parte de la empresa turística Pullmantur de usar el puerto de Málaga como base para un crucero semanal por el Mediterráneo entre noviembre y marzo, lo que podría suponer que 14.000 personas pasaran por la ciudad.

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En Andalucía, Málaga, Cádiz y Almería son los principales puertos receptores de los grandes barcos de lujo. También Sevilla, aunque a gran distancia de los otros tres. En Málaga atracaron 244 cruceros en 1999, frente a los 188 del año anterior. Esos atraques supusieron que 167.000 personas pasaron por la ciudad. Sin embargo, sólo un 10% visitaron la capital de la Costa del Sol.

Dos de cada tres cruceristas (el 68%) desembarcó e inmediatamente se subió en un autobús con destino a Granada para visitar la Alhambra. Un 18% visita Marbella, Ronda o Mijas y sólo un 10% pasa el día en la capital.

Portavoces de los tres puertos más importantes en lo que a recepción de cruceros se refiere insisten en que el turismo de este tipo es importante, sobre todo para esas ciudades de interior o para las propias ciudades de acogida. En el puerto de Málaga, por ejemplo, se quejan de que el municipio no pone demasiado interés en adecentar la ciudad para este tipo de turistas. "El peso de atraer este tipo de viajeros, de alto standing, no puede recaer exclusivamente en el puerto", reclama una portavoz de la autoridad portuaria malagueña. "La ciudad debería hacer un esfuerzo, entre otras cosas, en aumentar la seguridad".

La recepción de los cruceros tampoco es un negocio especialmente lucrativo para los puertos de atraque. "Es sobre todo una cuestión de prestigio", reconocen en el Puerto de Málaga, donde un día de atraque cuesta 570.000 pesetas. Las cifras son elocuentes. De los aproximadamente 2.000 millones de pesetas de facturación de ese puerto, 140 millones (7%) procede de la actividad crucerística. En Cádiz, de una cifra de negocio de 2.500 millones, 100 (4%) procede de esa actividad.

Alto poder adquisitivo

No es extraño que las autoridades portuarias de las ciudades que son escala de cruceros se quejen de la poca repercusión de este creciente volumen de turistas. El crucerista se caracteriza por un alto poder adquisitivo, con un gasto medio diario de entre 18.000 y 20.000 pesetas. Tomando como referencia el caso de Málaga, los comercios de la ciudad podrían ingresar al año casi 1.600 millones de pesetas más si permanecieran en ella la mitad de lois cruceristas que hacen escala en el puerto. De los 167.327 viajeros llegados en los 244 buques que el año pasado hicieron escala en Málaga, sólo un 10% se quedó en la ciudad.Málaga es el tercer puerto de España con más tráfico de cruceros, tras Barcelona y Palma de Mallorca.

Los clientes más habituales de cruceros son jubilados o parejas en luna de miel, aunque en los últimos años los turoperadores se han empeñado en captar un público más joven para lo que ofrecen viajes a precios más asequibles. Tradicionalmente el crucero ha sido un lujo al alcance de las clases más pudientes, aunque ofrece la ventaja de conocer varias ciudades de distintos países -aunque sólo durante unas cuentas horas-sin necesidad de hacer y deshacer maletas. La duración media de las travesías es de siete días.

Hasta ahora, los principales turistas de cruceros son alemanes y norteamericanos, con una edad media de entre 40 y 60 años y unos ingresos anuales en torno a nueve millones de pesetas.

El 54% de los pasajeros son hombres, y la mayoría repite a los dos años.

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