La nueva ejecutiva firma un compromiso de paz con todos los sectores del PSOE asturiano

José Blanco, el nuevo responsable de Organización de la Ejecutiva Federal del PSOE, regresó ayer a Madrid desde Asturias con la sensación de haber arrancado un "acuerdo histórico" para pacificar la crisis que vive esa emblemática federación socialista hace meses. Blanco logró que todos los sectores del partido enfrentados firmaran un documento en el que se comprometen por escrito a apoyarse y coordinarse, en beneficio del Gobierno regional y de los asturianos. La Ejecutiva cedió en la batalla por Cajastur, que seguirá presidiendo el guerrista Manuel Menéndez.

La presencia desde el pasado domingo en Asturias del secretario de Organización, José Blanco, y del secretario de Ciudades y Política Municipal de la Ejecutiva del PSOE, Álvaro Cuesta, para mediar hasta altas horas de la madrugada en el conflicto de los socialistas asturianos no impidió ayer que el sector guerrista, hegemónico en la Federación Socialista Asturiana (FSA), consumase un simbólico castigo al Gobierno autónomico, del sector renovador. Ocurrió poco después de las diez de la mañana, cuando el sector guerrista mayoritario culminó, con su apoyo, la elección como presidente de Caja de Asturias de Manuel Menéndez, antagónico al presidente del Principado, el socialista renovador Vicente Álvarez Areces, al que está enfrentado y quien lo había destituido el pasado 16 de marzo.

Votaciones en Cajastur

El consejo de Administración de Cajastur aprobó así, con 16 votos a favor y seis abstenciones, precisamente de los consejeros renovadores, la restitución de Menéndez. No se aprobó ayer públicamente, pero sí formó parte del pacto político en la sombra, que la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, renovadora y afín a José Luis Rodríguez Zapatero, sea de nuevo vicepresidenta. Un cargo que con la nueva ley de Cajas en vigor ya no tendría que ocupar necesariamente como hasta ahora la regidora de la segunda ciudad asturiana.Apenas una hora más tarde de esa votación en Cajastur, los más importantes dirigentes del socialismo asturiano de ambas facciones comparecieron juntos de forma inusual en una conferencia de prensa con Blanco y Cuesta para anunciar verbalmente un cierre de filas en torno al Gobierno autonómico. No estuvo presente el secretario general de la FSA, Luis Martínez Noval, ya de vacaciones en Mallorca, quien en las últimas semanas intentó en vano una solución de consenso para este conflicto.

Blanco aseguró que todas los sectores del socialismo asturiano se han comprometido de modo "explícito e inequívoco" a respaldar la actuación del Gobierno y a apoyar "sin fisuras" al presidente del Principado, a fortalecer su acción política y a superar las discrepancias.

Blanco aludía así a la firma de un documento de 11 puntos por los representantes de todas las partes implicadas en esta disputa. Ese compromiso de apoyo, coordinación y cooperación mutua entre el partido, el grupo parlamentario, el Gobierno y los representantes en todas las instituciones fue suscrito sobre las tres de la madrugada de ayer, tras una serie de reuniones entre los implicados que alguno de los presentes calificó de "algo más duras y directas, a corazón abierto". El acuerdo lo rubricaron Blanco y Caldera, por la Ejecutiva Federal; Celestino Suárez y Fernando Lastra, por parte de la FSA; María Luisa Carcedo y José Ángel Fernández Villa, por el grupo parlamentario; y por Vicente Álvarez Areces, como presidente del Principado.

Blanco restó trascendencia a lo ocurrido ayer en el consejo de Caja de Asturias y señaló que esa división en la votación no empaña el acuerdo porque "la Caja", dijo, "es autónoma".

La composición de los órganos de Caja de Asturias son la expresión de una representación política, cuyos depositarios son el Parlamento autónomo y los principales ayuntamientos, además del grupo de impositores y los trabajadores.

Los dirigentes del sector guerrista oficial de la FSA, asintieron a lo dicho ayer por Blanco, pero no tomaron la palabra. Sí lo hizo el presidente del Principado. Álvarez Areces hizo suyas las manifestaciones de Blanco: "Me gusta pasar páginas hacia adelante". Opiniones que se vienen repitiendo en la FSA hace meses.

Un cualificado dirigente guerrista se apuntó luego, en conversación con este periódico, el impulso de este acuerdo para su sector, abogó por recuperar un clima leal entre los dos bandos y admitió que así, también, se ayudaba "a contribuir al fortalecimiento de la autoridad política de la ejecutiva federal no con palabras sino con hechos".

Las dos partes de la FSA manifiestan su voluntad de acuerdo pero persiste la incertidumbre. A los renovadores les parece una expresión voluntariosa y los guerristas van a "intentarlo".