El Parlamento israelí elige presidente del país al derechista Katsav frente a Peres
El Parlamento israelí eligió ayer al hasta ahora diputado Moshé Katsav, del partido de derechas Likud, como jefe del Estado de Israel. Una vez más, el candidato favorito, el veterano dirigente laborista y premio Nobel de la Paz, Simón Peres, perdió, en contra de todas las previsiones, y su carrera política se cierra con un acorde trágico. Pero se trata no sólo de una derrota monumental para Peres, sino también para el primer ministro israelí, el laborista Ehud Barak, que ayer se salvó por un escaso margen de caer junto con su Gobierno en dos mociones de censura, pese a tener al Parlamento en contra.
Doble promesa
Katsav, de 55 años, fue elegido en la segunda vuelta con el respaldo de 63 de los 120 diputados del Parlamento, mientras que Peres, de 76 años, obtuvo 57 votos a su favor. Fue necesaria una segunda vuelta porque en la primera Katsav no logró la mayoría absoluta necesaria de al menos 61 votos, sino 60; Peres, 57, y tres diputados votaron en blanco. Peres ha sido primer ministro (aunque no como resultado de comicios, sino por un acuerdo de rotación tras un empate con el Likud), así como titular de Defensa, de Asuntos Exteriores y de Hacienda. Fue uno de los principales promotores del reactor nuclear de la ciudad israelí de Dimona (que él y la mayoría en su país consideran como el principal elemento disuasorio en las confrontaciones con los árabes), obtuvo el Premio Nobel y puso en marcha el histórico proceso de paz con los palestinos y los países vecinos de Oriente Próximo. Lo único que Peres jamás ha hecho en su carrera política de cinco décadas ha sido ganar una elección fuera del Partido Laborista, que encabezó en el pasado.
La inesperada victoria de Katsav, que prometió "sorprender para bien" a quienes no votaron por él, lo es también para el Likud, liderado por el general retirado Ariel Sharón. Tras conocer los resultados a primera hora de la tarde, Katsav se colocó un solideo y pronunció una oración canónica en hebreo, en la que agradeció a Dios "haber llegado a este momento".
Todo indica que quienes dieron la victoria a Katsav fueron los 31 diputados religiosos y ultraortodoxos, que le habían prometido su voto tanto a él como a Peres, por lo que algunos dirigentes laboristas dijeron que se habían comportado como traidores, y el diputado árabe israelí Ahmed Tibi calificó su conducta de "prostitución política".Algunas horas después, el Parlamento israelí debatió una moción de censura del Likud contra Barak, que obtuvo 50 votos a favor y 50 en contra, mientras que 8 diputados se abstuvieron y los 12 restantes no se encontraban en la sala de sesiones. Al haber habido empate, se consideró rechazada la moción. Otra moción de censura, del frente ultraderechista Unión Nacional-Israel Beitenu y que, al igual que la del Likud, condenaba lo que calificaron de "concesiones de Barak a los palestinos en la reciente cumbre de Camp David", obtuvo 53 votos a favor y 48 en contra, pero el primer ministro y el Gobierno no cayeron porque para ello es indispensable una mayoría absoluta de 61 de los 120 diputados del Parlamento.
"Es necesario lograr un tratado de paz definitivo, que obligue y ponga fin al conflicto entre nosotros y los palestinos, pero si, debido a las circunstancias, sólo es posible alcanzar ahora un acuerdo interino a largo plazo, tenemos que dejar la mayor parte de nuestros bienes estratégicos [es decir, los territorios de Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental] en nuestras manos", dijo Sharón.
"Es impensable entregar todos los bienes sin solucionar el conflicto", manifestó Sharón, que explicó que para ello hace falta que todos los países árabes y musulmanes de Oriente Próximo reconozcan al Estado de Israel.
"Israel seguirá en la vía de la paz; ésta tiene un precio, pero nosotros no hablamos de una paz a cualquier precio", afirmó, por su parte, Barak en su respuesta a la oposición, y advirtió del "peligro de un estancamiento de las negociaciones, que puede tener consecuencias muy graves".
Poco después de la votación de las dos mociones, el Parlamento aprobó en la primera de tres lecturas un proyecto de ley de un diputado del Likud, Yehoshúa Matsa, que prohíbe modificar las fronteras de Jerusalén si no se cuenta con el respaldo de 61 de los 120 diputados.
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