Forner aplaza la reunión de nuevas titulaciones y encarga un estudio
Los resultados de las listas de preinscripción de julio, que revelan el fracaso del 50% de las carreras de la Miguel Hernández de Elche y varios desajustes más entre la oferta y la demanda en el resto de universidades, han llevado al director general de Universidades, Salvador Forner, a optar por la cautela a la hora de diseñar el mapa de nuevas titulaciones con los rectorados. Así, Forner ha decidido aplazar la reunión del próximo lunes a septiembre y encargar antes un estudio de viabilidad a fondo.
El nuevo director general de Universidades ha optado en los dos últimos meses por ralentizar al máximo cualquier toma de decisión respecto a la implantación de nuevas carreras en la Comunidad Valenciana, sobre todo, ante la avalancha de solicitudes -unas más lógicas y otras menos- enviadas por las cinco universidades públicas valencianas. Los últimos datos sobre la escasa demanda que tienen la mitad de las 28 carreras que ofrece la Universidad Miguel Hernández de Elche ha sido [ver EL PAÍS 25/07/00] determinante en la ruta de la prudencia por la que Salvador Forner pretende encauzar el nuevo mapa de titulaciones, que dejó sin negociar su predecesora en la dirección general, Carmen Martorell. Según fuentes próximas a Forner, "el nuevo director general ha optado por racionalizar la implantación de nuevos títulos" y su intención ayer era la de aplazar la reunión del próximo lunes con los vicerrectores del área académica hasta septiembre. Entretanto, el director general ha encargado ya un estudio a fondo basado en las listas de preinscripción sobre las titulaciones más demandadas, las que han fracasado, las carreras tradicionales que ya no ocupan un lugar prioritario y una prospección de las necesidades para desarrollar nuevas titulaciones más competitivas. En este contexto, Forner, un catedrático procedente de la Universidad de Alicante [que se vio severamente afectada cuando el Gobierno valenciano decidió segregar las dos facultades más potentes que tenía] está más próximo a las tesis académicas que piensan que la provincia de Alicante no puede sostener dos universidades separadas por 20 kilómetros, si se quiere consolidar un sistema universitario potente.
Mientras, la Universidad Politécnica de Valencia, que según las mismas listas de preinscripción, es la que más ajusta su oferta a la demanda de los estudiantes (ha cubierto el 94,5% de las 5.000 nuevas plazas ofertadas), aprobó ayer en su última junta de gobierno antes de las vacaciones, la implantación de cinco nuevas titulaciones propias: Especialista Universitario en Ingeniería de Automoción, Master en Comunicación Multimedia, Especialista Universitario en Gestión de Proyectos Multimedia, Especialista Universitario Internacional en Gestión de Empresas y Especialista Universitario Internacional en Integración de la Información en las Organizaciones.
La aprobación de sus propios títulos (la Politécnica tiene una larga tradición en implantar titulaciones al margen de las negociaciones del Consejo Interuniversitario) y la implantación del programa Innova de transferencia de I+D a empresas caminan en la estrategia de la Politécnica de mejorar su rendimiento académico e investigador de cara al también aplazado catálogo de financiación por objetivos, por el que las universidades se disputan un 10% más de presupuesto público.
