El Gobierno asegura que la ofensiva terrorista no afectará al crecimiento turístico de Euskadi
El turismo en Euskadi ha seguido creciendo este año, confirmando así que se trata de un sector en franca expansión, pese a las dosis de incertidumbre que el fin de la tregua de ETA había introducido a finales de 1999. Durante el primer semestre, la entrada de viajeros creció un 4,6% con respecto al mismo periodo del año anterior y la previsión es que la ocupación de las plazas hoteleras para este verano sea similar al periodo estival de 1999. Según el consejero de Turismo, Josu Jon Imaz, estos datos confirman que "el terrorismo no afecta al turismo".
Puntos débiles
Imaz señaló en Vitoria que desde enero a junio pasado visitaron el País Vasco 724.875 personas y avaló la consolidación del atractivo turístico de Euskadi en condiciones de carácter "estructural" -el Guggenheim, la gastronomía, los paisajes y la oferta cultural-, por lo que queda al margen del efecto negativo que desprenden las acciones perpetradas directamente por ETA y las de violencia callejera protagonizadas por los jóvenes proetarras.El Ejecutivo sostiene que la comunidad autónoma mantendrá este verano un nivel de ocupación de plazas hoteleras similar al del año pasado, el mejor de toda la historia en Euskadi. Las previsiones gubernamentales, basadas en una encuesta realizada entre los hosteleros vascos en pleno recrudecimiento de la ofensiva de ETA, hablan de que la ocupación media durante los meses de julio, agosto y septiembre en Guipúzcoa será del 78,2% en la capital, 81,6% en la costa y 74,4% en el interior. El porcentaje de plazas cubiertas durante el verano pasado ascendió a un 77%.
En el caso de Vizcaya, la encuesta prevé que la ocupación media en Bilbao llegue al 57,7%; en la costa, al 67,1%, y en las localidades del interior, al 74,6%. Durante el verano de 1999, la media de ocupación llegó al 56,4%, con lo que de cumplirse las previsiones del Gobierno los hoteles vizcaínos conseguirán cubrir más plazas durente este periodo estival. Hay que tener en cuenta que durante el mes de septiembre se celebrará en Bilbao la feria Ferroforma, que atrae una gran cantidad de visitantes.
En cuanto a Álava, lo previsible es que repita el grado de ocupación del verano de 1999, cuando se alcanzó un 58,1%. En Vitoria, los hoteles han previsto que se ocupe el 54,7% de sus plazas, mientras que en las zonas del interior se llegará al 63,3%. Para las casas de agroturismo se ha previsto una ocupación del 16% en Álava, del 51% en Vizcaya y del 58% en Guipúzcoa, porcentajes muy parecidos a los registrados en los meses de verano del año pasado.
El mantenimiento de estos niveles y el crecimiento de un 4,6% del número de viajeros en el primer semestre quedan lejos del boom provocado en 1998 por la inauguración del Museo Guggenheim, año del despegue turístico con un 27% de crecimiento respecto a las cifras de 1997. El efecto remolque del museo se dejó notar también en 1999, con un aumento del 7%, y, sobre todo, lo que ha conseguido es sacar a la luz las múltiples potencialidades de Euskadi como destino turístico, explicó Imaz. El clima no supone un hándicap para los turistas, porque buscan motivaciones diferentes al sol y la playa, con lo que la oferta cultural (museos, espectáculos y fiestas populares) y la gastronomía son los principales reclamos.
Imaz insistió en que "la actividad de ETA es rechazable y causa mucho daño a los vascos, pero no afecta al turismo". El sector ya supone el 3,5% del Producto Interior Bruto (PIB) vasco y un porcentaje idéntico del empleo, así como un buen escaparate hacia el exterior.
Los representantes del sector hotelero de Euskadi confirmaron que la reanudación de la violencia no ha impedido el crecimiento turístico. El presidente de la Asociación de Hoteles de Guipúzcoa, Fermín Bernaos, indicó que los turistas que se acercan al País Vasco tienen asimilado el fenómeno de la violencia. "Puede que alguien no venga por una cuestión de antipatía hacia los vascos, pero no por ETA", asegura. Imaz apuntaló esta tesis recurriendo al índice de delincuencia común que sufre Euskadi, que es uno de los más bajos de toda España. "Los viajeros se sienten seguros en nuestras calles", remachó.
Pese al incremento de los visitantes experimentado en los últimos años, la oferta mantiene algunos puntos débiles: bajos índices de estancia media -los turistas no llegan a pernoctar dos noches de media en los hoteles- y la alta temporalidad -fuera del verano, la ocupación de hoteles y casas rurales desciende mucho-.Durante el primer semestre de este año, madrileños, catalanes y castellano-leoneses han sido los que más han visitado las tres provincias vascas. En total, el 72,3% de los viajeros procede del resto de España. Los visitantes extranjeros llegan sobre todo de países europeos -Inglaterra, Francia y Alemania-, aunque crece de forma paulatina el número de turistas procedente de Estados Unidos y Canadá.
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