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Reanudados los vuelos supersónicos británicos tras unas horas en tierra

British Airways (BA) demostró ayer "una fe completa" en el Concorde dando luz verde a los vuelos supersónicos de la ruta Londres-Nueva York. Con las cenizas aún candentes en Gonesse, 49 pasajeros de las 78 reservas efectuadas en Londres por la compañía británica abordaron a media mañana el vuelo BA001, que aterrizó tres horas y media después en el aeropuerto neoyorquino J. F. Kennedy. BA se negó a atribuir las cancelaciones al accidente parisiense. No obstante, algunos de los viajeros canjearon su pasaje por vuelos alternativos. En Nueva York, el Concorde despegó hacia Londres con 30 de las 100 plazas disponibles en el único modelo supersónico comercial, que uno de sus pilotos, el capitán Mike Bannister, calificó de "extraordinariamente seguro". "Al Concorde le quedan muchos años de trayectoria", declaró el capitán tras calificar de "trabajo correctivo" rutinario el ajuste de motores que Air France llevó a cabo en el avión siniestrado. "Es un trabajo normal que hemos realizado en nuestro Concorde", dijo.

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El motor del Concorde tuvo que ser revisado por técnicos momentos antes del despegue

BA reanudó sus vuelos, suspendidos la noche anterior, en una decisión "sin precedentes" que las autoridades británicas de aviación no demandaron, tras inspeccionar su flota de siete Concorde. "La seguridad es nuestra primera preocupación. Creemos que no hay indicios técnicos, de seguridad u operacionales que sugieran que el Concorde no operará seguro en el futuro", señaló Mike Street, director de servicios en BA.

Suspender los vuelos

Pero los vecinos próximos al aeropuerto de Heathrow, cercano a Londres, expresaron malestar por las salidas del Concorde sin que se hayan aclarado las causas del accidente. "Deberían suspender todos los vuelos", denunció la diputada de la región, Jenny Tonge. La zona tiene una densidad de población alta, que vive entre la resignación y el resquemor la posibilidad de ser las próximas víctimas de una tragedia aérea. La casa Rolls-Royce, fabricantes de los motores del Concorde, se reservó "por prematuro" su balance sobre las causas del siniestro.

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