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Un vuelo de lujo a la velocidad del sonido sobre el Atlántico

La tripulación lo llama The Rocket (el cohete), y sus pasajeros viajan tan apretados como si lo hicieran en la clase turista de cualquier otro avión. Sin embargo, un billete regular de ida y vuelta en Concorde entre Londres y Nueva York cuesta 10.000 dólares (1,78 millones de pesetas). La principal ventaja es que la duración del vuelo se reduce a la mitad, lo que supone que, por la diferencia horaria, el viajero llega a la metrópoli norteamericana antes de haber salido de Europa. La ventaja adicional es que el trato a bordo es exquisito; los manjares incluyen caviar, langosta y otras delicias, y los vinos y champañas son de las mejores añadas y pueden degustarse mientras un indicador señala que se ha cruzado la barrera del sonido.

A lo largo de los 30 años que lleva en servicio, viajar en Concorde se ha convertido en un símbolo de excelencia. Un reciente informe de las dos compañías que lo utilizan indica que el 80% de las 100 plazas del Concorde son ocupadas por hombres. De ellos, el 43% son directores generales de empresas con una edad media de 43 años.

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