La sombra vegetal de un gobernador del siglo XIX

Tanto destaca este soberbio ejemplar de Ficus Retusa en el estrecho Paseo de Sancha (o de Reding) que le ha puesto nombre a una famosa cafetería que vive a sus espaldas. Pero, lo que son las cosas, el árbol de Reding no es en realidad este ficus o laurel de las Indias, de unos 70 años de antigüedad.En puridad y por antigüedad, este honor toponímico debería corresponderle a su vecino de la acera de enfrente: un ciprés de California con 130 años y 15 metros de altura -aproximadamente la misma altura que el ficus de enfrente- que se alza en el jardín de la Escuela de Turismo junto a la famosa fuente del siglo XVII y en el antiguo Campo de Reding, que tomó su nombre de Teodoro Reding, que fue gobernador de la provincia en 1808 y destacado militar al mando de unos resistentes malagueños en la batalla de Bailén contra el ejército napoleónico. Teodoro Reding de Biberegg (cantón de Schwiz, Suiza, 1755-Tarragona, 1809) luchó contra los franceses en su país natal y, más tarde, se puso al servicio de España en la guerra de la Independencia.

Pero como al cabo las cosas acaban siendo como el pueblo las quiere, le ha tocado al laurel de las Indias ser el dichoso árbol del gobernador. Tampoco es el único soberbio de su especie en la ciudad, que puede alardear tanto o más de otros como el de la entrada de la Alameda, el de Bellavista, que él sólo da sombra a ambos lados de la carretera, o el gigantesco del Jardín de la Concepción.

Procedente de Borneo, Malaisia y otras zonas del Asia tropical, esta especie es muy común en la ciudad. Posee hojas de color verde intenso, perennes, algo lanceoladas en la punta y de no más de cinco centímetros de largo. El pequeño tamaño de sus hojas es una de las mayores diferencias con la especie más común de ficus de Málaga: el Macrophylla, éste procedente de Australia y del que hay también que señalar un ejemplar excepcional, con 125 años y 23 metros de altura, en los Jardines de Picasso.